A veces se ven cosas insólitas en materia de tránsito en República Dominicana. Puede imaginarse cualquier cosa, pues el desorden en que se desarrolla este sector acepta lo que sea.
No puede sorprendernos ver una mudanza encima de un vehículo cerrado, tal como un carro. Tampoco puede sorprendernos ver un caballo atado a un vehículo en movimiento en la ciudad, ya que su dueño pensó que era correcto.
En las calles de Santo Domingo cualquier cosa es posible. Los motociclistas con el casco protector en el codo y uno que otro devolviéndose encima de un elevado porque hay operativo de Digesett, tampoco es raro.
Ahora bien, y quizá sea una exageración, lo que resulta verdaderamente raro es escuchar el testimonio de una propietaria de un vehículo que verificó que tiene una multa de tránsito mientras ella se encontraba de licencia médica. ¡Dios!