La ejecución presupuestaria del Gobierno dominicano durante el año pasado implicó gastos que superaron en un 50.1% lo dispuesto en el año 2019, previo a la pandemia del covid-19. Lo anterior indica que en 2022 el Gobierno ejecutó gastos que superaron en RD$373,088.7 millones lo ejecutado cuatro años atrás, según indican cifras de la Dirección General de Presupuesto (Digepres).
Para el 2019 el gasto total ejecutado por el Gobierno fue de RD$744,276.1 millones, mientras que en el año 2022 el presupuesto de gastos aplicado por el Poder Ejecutivo sumó RD$1 billón 117,355.8 millones.
Las estadísticas también indican que con una mayor disponibilidad de recursos para gastar, el Gobierno ha dado más prioridad al gasto corriente que al de capital, lo cual se traduce en una reducción del ritmo de las inversiones en obras de infraestructura estatal.
En 2022 la ejecución presupuestaria del gasto de capital fue de RD$130,527.5 millones, lo que implica un incremento de 26.7% respecto a lo ejecutado en el año prepandémico. Pero el gasto corriente ejecutado el año pasado fue de RD$986,828.3 millones, para un aumento de 53.8% respecto a 2019. Es decir, el aumento relativo del gasto corriente es el doble de la proporción en el gasto de capital en los dos años analizados.
Posible justificación
El incremento en el gasto corriente durante el año 2022 pudiera estar justificado en que el Gobierno se vio obligado a subsidiar diversos productos para evitar un mayor impacto de la inflación en los bolsillos de los consumidores.
Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Hacienda, durante el 2022, el Gobierno destinó en subsidios extraordinarios (fuera de los regulares cada año) alrededor de RD$92,000 millones, lo cual es prácticamente una cuarta parte de la proporción de incremento del gasto con recursos disponibles (RD$373,088.7 millones) en que se superó el gasto total de 2019.
Esto indica que, apartando los subsidios extraordinarios, el gasto público en 2022 supera en no menos de RD$280,000 millones lo que se gastó en 2019, año previo a la pandemia del covid-19.
Analistas de diferentes tendencias han cuestionado el hecho de que el Gobierno actual dispone de más recursos y ha ejecutado gastos en monto mucho mayores que en gestiones anteriores, cuando la intención habría de ser una mayor racionalización, más en momentos en que se presentó una mayor recaudación, lo cual pudo ser una oportunidad para reducir el déficit fiscal (diferencia entre ingresos y gastos) y así contener la acelerada carrera de endeudamiento público.
Por eso, a su llegada al poder, el presidente Luis Abinader, ante una mayor demanda social de parte de la población, especialmente la más afectada por los efectos de la pandemia, se ha visto en la necesidad de incrementar el gasto público en lugar de reducirlo.
Ahora la prédica oficial es que no se trata de gastar menos, sino de gastar mejor, de que los niveles de gasto público se justifiquen en las áreas que realmente necesita la población.
Bajo gasto de capital
El gasto de capital es el que se dedica especialmente a la construcción de obras de infraestructura, mientras que el gasto corriente va hacia áreas sociales como pago de salarios, subsidios, material gastable, áreas de servicios (salud, educación, entre otros).
En lo relativo con el gasto de capital, la proporción en la ejecución ha ido bajando en los últimos años. Una muestra está en el hecho de que para los años 2015, 2016 y 2017 el gasto de capital como proporción del gasto total promedió un 17% anual, mientras que entre 2021 y 2022 el promedio es de un 12%, según cifras oficiales.
A eso se agrega el hecho de que no siempre se ejecuta la totalidad de lo originalmente presupuestado para gastar en un año determinado.
Ejecución limitada
Durante el año 2022 el presupuesto asignado para gasto de capital (construcción de obras de infraestructura y otras inversiones) fue de RD$159,229.8 millones, pero la ejecución llegó a RD$130,527.5 millones, es decir, solo se desembolsó el 81.5% de lo originalmente presupuestado, según indican las cifras de la Digepres.
Un situación similar ocurrió en 2021, cuando el Gobierno tuvo dificultad para ejecutar por completo el presupuesto asignado a gastos de capital, contrario a los desembolsos para gastos corrientes que tienden a ser más agilizados y a completarse, aun por encima de lo presupuestado.
Eso puede que cambie en este 2023, pues el presidente Abinader ha expresado que dará prioridad a la terminación de una serie de obras de infraestructura que se han iniciado o continuado su construcción en los últimos dos años y que están programadas para ser terminadas entre este y el próximo 2024, preferiblemente antes de las elecciones.