Sin lugar a dudas, los eventos ocurridos en los mercados bancario y financiero internacionales de las últimas semanas han causado preocupación en todo el mundo, y en República Dominicana. Sin embargo, como podremos ver, el sistema bancario dominicano al día de hoy es más fuerte y resiliente que aquellos de muchos otros países desarrollados, y es algo de lo cual debemos sentirnos orgullosos.
Para empezar, debemos volver a repasar los recientes eventos en el sistema bancario internacional. A raíz de la pandemia del covid 19, al principio del año 2020, los bancos centrales en todo el mundo aflojaron su política monetaria. La consecuencia de esto era para incentivar a los sectores productivos a tomar prestado, por lo que bajaron las tasas de interés. De esta forma incentivaban a mantener la producción ante la grave crisis que afectaba al mundo.
Aproximadamente dos años más tarde, se empiezan a sentir los efectos de esta política monetaria de bajas tasas de interés: aumenta la inflación. Esto se debió también a otros factores exógenos a la política monetaria, pero la consecuencia es la misma, pues los bancos centrales a nivel mundial ya se veían en la necesidad de aumentar las tasas de interés para frenar el alza inflacionaria.
Producto de estas alzas en las tasas de política monetaria, varias instituciones financieras de importante tamaño como Silicon Valley Bank en Estados Unidos y Credit Suisse en Suiza, entre otras, se han visto en apuros financieros, lo que ha causado una situación de dificultad y cierta desconfianza en esos países. Ha sido necesaria la intervención de las instituciones equivalentes a bancos centrales en esos y otros países para calmar las aguas y asegurar que los sistemas financieros y bancarios se encuentran bien capitalizados.
Nuestro país pasó, en el año 2003, una de las crisis más agudas y desafiantes en toda su historia, con la quiebra fraudulenta de varias instituciones financieras, lo que llevó la economía a un descalabro. No obstante, si algún aspecto positivo tuvo esa crisis, fue que nuestro sistema de supervisión bancaria y de política monetaria fueron robustecidos, y los que contamos al día de hoy no son los mismos de ayer.
Los controles internos que deben tener las instituciones financieras dominicanas, así como los requerimientos de capital, “conozca su cliente” y otros elementos, son muy rigurosos; de hecho, en muchos casos, más allá de lo requerido en países desarrollados. Los índices de solvencia y las tasas de morosidad (cartera de crédito) de los bancos dominicanos terminaron el año 2022 en un excelente estado, y el 2023 ha iniciado con buenos indicadores.
Es muy probable que con los embates económicos internacionales que estamos viendo, nuestra economía y nuestro sistema bancario tendrán un 2023 menos exitoso que el año 2022. Sin embargo, nos debemos sentir orgullosos de que, al ver la forma en que nuestras instituciones financieras y los reguladores de las mismas han colocado al sistema en una posición envidiable, que afortunadamente nos sentimos muy alejados de las dificultades que están enfrentando grandes instituciones internacionales en la materia. ¡A veces hay que resaltar lo que estamos haciendo bien en nuestro país!