Abercrombie & Fitch se anotó en su primer trimestre fiscal de 2023, que finalizó el 29 de abril, unos beneficios netos atribuidos de US$16.6 millones (€15.4 millones), frente a las pérdidas de US$16.5 millones (€15.3 millones) del año anterior, según ha informado este miércoles la compañía estadounidense de moda.
Los ingresos, de su lado, se situaron en US$836 millones (€774.9 millones), y representan un avance del 2.9% comparado con el volumen de negocio de US$812.8 millones (€753.4 millones) del año previo. De estos, el 52.1% los generó la marca Abercrombie ‘per se’, que facturó un 13.5% más interanual, mientras el 47.9% restante los generó Hollister, que redujo sus ingresos en un 6.8%.
Por origen geográfico, el 76% de las ventas procedieron de Estados Unidos; el 16.6% de Europa, Oriente Medio y África; el 3.9% del Asia-Pacífico; mientras otro 3.2% provino de distintos mercados. Además, el 23.9% se obtuvieron por ventas internacionales.
En cuanto a los gastos, los costes de ventas, de rentas, distribución, marketing, generales y administrativos se encarecieron un 2.7%, hasta los US$800.4 millones (€741.9 millones).
“El año fiscal 2023 ha tenido un buen comienzo por unas ventas netas y margen operativo trimestral por encima de nuestras expectativas”, ha señalado el consejero delegado de Abercrombie & Fitch, Fran Horowitz.
De cara al presente ejercicio, Horowitz se ha mostrado “cautelosamente optimista” sobre el consumo de los clientes y “nuestra capacidad de reacción en un entorno macroeconómico dinámico”. La compañía pronostica un crecimiento de las ventas en la horquilla entre el 2% y el 4%, lo que implica una revisión al alza desde la previsión anterior del 1% y el 3%.