[dropcap]N[/dropcap]adie sabe qué pasó. Nadie vio nada. Nadie conoce a nadie. Nadie estuvo en el momento en que ocurrieron los hechos. Nadie se atreve a decir algo. Nadie quiere culpables. Nadie quiere declarar. Nadie quiere que lo llamen para preguntas, pues nadie quiere ni se atreve a responder. Nadie se hace responsable, absolutamente nadie.
Así como se escribe, así como se oye, así ocurrieron los hechos. Aunque parezca mentira o difícil de creer, así sucedió. Y lo peor de todo: nadie recuerda nada, por lo que será imposible reconstruir los hechos y encontrar un culpable, llevarlo a juicio, someterlo al implacable imperio de la ley y lograr una condena justa.
¿Aún no entiende? Pues usted no es el único. Hubo muchos que tampoco entendieron qué sucedió o se hicieron los desentendidos. Sin embargo, todos reconocen que algo pasó aquella noche en que contaban los votos y nadie resultó ganador. Y no hubo forma de saberlo.