El cine dominicano data de 1922, cuando el fotógrafo Francisco Palau estrenó “La leyenda de la Virgen de La Altagracia”, de acuerdo con el informe “Antología de largometrajes dominicanos 1963-2019”.
El estudio, realizado por la Dirección General de Cine (DGCine), registra el estreno de 46 películas criollas a cargo de 31 directores como Archie López, José Enrique Pintor, Algilberto Meléndez y Pericles Mejía. No obstante, destaca que entre 1930 y 1961 los largometrajes se detuvieron e inició la era del cine documental.
Tras el magnicidio de Rafael Leónidas Trujillo, se estrenó en el teatro Colón, en Santiago, (1963) la película “La silla”, de Franklin Domínguez, en la cual denuncia los horrores del régimen trujillista. La entrada costó RD$1. Sin embargo, no es hasta 1988 cuando Agilberto Meléndez, fundador de la Cinemateca Nacional, proyectó “Un pasaje de ida”, basado en los dominicanos que fallecieron asfixiados en un contenedor del barco Regina Express.
En 1995, Ángel Muñiz estrenó su ópera prima “Nueba Yol: por fin llegó Balbuena” y su homólogo Alfonso Rodríguez apostó con “Tráfico de niños”, un drama sobre el tráfico de menores en los hospitales públicos y la valentía de unos periodistas para descubrir la red de traficantes.
Muñiz volvió a la pantalla grande con “Nueba Yol III: bajo la nueva ley” (1997) y Radel Villalona estrenó “Para vivir o morir” (1996), basada en un proceso electoral traumático y la investigación de la desaparición de un periodista tras haber descubierto el fraude. Dos años después, “Jugada final” fracasó y se renombró como “Basta ya”.
En 1997 se estrenó “Cuatro hombres y un ataúd” de Pericles Mejía. Un año después, “Buscando un sueño” de Joseph Medina, Jaime Piña y David Castillo, quienes contaron la travesía de jóvenes viajan a Nueva York, Estados Unidos. Mientras, “Víctimas del poder” y “El círculo vicioso” de los cineastas de Jorge Lendeborg y Nelson Peña, respectivamente, fueron estrenadas.
El 2003 se consideró como “año cero” del cine dominicano, debido al auge de las exhibiciones de películas de ficción, comedia y documental con más frecuencia que en años anteriores. El director Miguel Vásquez estrenó “Éxito por intercambio” (2003), seguido de “Perico ripiao” (2003) de Ángel Muñiz y “La cárcel de La Victoria, el cuarto hombre” (2004) de José Enrique Pintor.
La entidad destacó que el largometraje “Negocios son negocios” (2004), dirigido por Joppe de Bernardi, fue realizado con capital argentino.
Además, se filmaron “Los locos también piensan” de Humberto Castellanos; “Andrea: la venganza de un espíritu”, de Roger y Frankeli Bencosme; y “La maldición del padre Cardona” de Félix Germán. Además, Alfonso Rodríguez dirigió “Un macho de mujer” (2006), donde debutó como actor Roberto Ángel Salcedo; Carlos Bidó con “Viajeros” y “La tragedia llena: un código 666”, inspirada en el asesinato de Llenas Aybar, de Elías Acosta.
Otros audiovisuales como “El tercer mundo” de César Gautreaux (2002) y “El sistema” de Humberto Espinal (2006) fueron los inicios de los estudiantes de cine de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Para 2007, las comedias se posicionaron como el género favorito de los dominicanos por las proyecciones de “Sanky Panky” (José Enrique Pintor), “Mi novia está de madre” (Archie López), “Yuniol” (Alfonso Rodríguez) y “Operación patakón” (Tito Nekerman).
En 2008, Jimmy Sierra proyectó “El caballero de la medianoche” y José María Cabral produjo “Excexos”. En tanto, Alfonso Rodríguez dirigió “Playball” y “Al fin y al cabo”. Robert Cornelio estrenó “Enigma”, seguido de Jorge Lendeborg con “60 millas al este” y “Ladrones a domicilio” de Ángel Muñiz. “Santicló, la vaina de la Navidad” de José Enrique Pintor y “De campamento”, del cineasta José García, les siguieron.
La DGCine destaca los estrenos de “Cristiano de la secreta” (Archie López); “Mega diva” (Roberto Ángel Salcedo); “Bosch: presidente en la frontera imperial” (René Fortunato) e “Historia del béisbol dominicano” (Miguel Vásquez) en 2009. La Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), del expresidente de la República, Leonel Fernández, incursionó en el llamado séptimo arte con “Del fondo de la noche”.
“La soga”, creada por Josh Crook (2009); el periodista Juan Deláncer estrenó “Trópico de sangre” y Félix Limardo filmó “Sol Caribe”. Es cuando se promulgó la Ley 108-10 de “Fomento a la actividad cinematográfica de República Dominicana” y se marca un precedente en la producción de películas en el país.
«DOCUMENTAL. En la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, los cineastas evitaron los largometrajes, sin embargo, se inclinaron por el género documental. Adam Sánchez Reyes, Salvador Arquímedes y Tuto Báez realizaron audiovisuales sobre la llegada del aviador nortemaricano Charles Lindbergh (1928), los destrozos del ciclón San Zenón (1930) y la posesión de Trujillo en el parque Colón (1930). Mientras, María Electa Stéfani Espaillat fue considerada como la primera cineasta dominicana, al realizar reportajes para “Revistas cinematográficas” del siglo XX. El cine documental se afianzó en 1978 cuando se presentaron en el teatro Olimpia “Siete días con el pueblo” de Jimmy Sierra y “Rumbo al poder”, del periodista José Bujosa Mieses.