La tasa de cambio es, sin lugar a dudas, una de las principales variables macroeconómicas. Influye en todo: inflación, pago de deuda, sector externo, competitividad y, es pertinente que se diga, hasta en la paz social.
Cuando un país tiene la capacidad (y soberanía) de implementar su propia política monetaria, en la que decide si devaluar su moneda según los objetivos que busque, puede dirigir sus esfuerzos hacia la meta de ser más o menos competitivo, según sea el caso.
República Dominicana ha gozado de paz social gracias a los resultados macroeconómicos que exhibe. Sólo habría que imaginar todo lo que se pierde cuando la inflación, por citar un caso, se comporta sin control.
Y es pertinente decirlo también: el factor confianza del que goza la economía dominicana ha sido ese hilo conductor que ha logrado mantener dentro los parámetros normales los principales indicadores.
La tasa de cambio, eficazmente lograda con una política monetaria anclada en la estabilidad de precios, observa de cerca cualquier movimiento que pudiera ser irregular. A pesar de que la economía no ha respondido como se espera en términos del crecimiento, la estabilidad de precios ha sido fundamental este proceso.
Aunque en América Latina tenemos tres casos de economías dolarizadas: Ecuador, Panamá y El Salvador, y con una cuarta que sería Argentina si gana Javier Milei, hay que tomar en cuenta las características de cada cual.
Las economías dolarizadas pierden el derecho de hasta fijar la tasa de interés a través de una política monetaria soberana. Dependen, para todo, de la Reserva Federal, la cual obedece a las características de la economía de Estados Unidos. En lo que compete a República Dominicana la proactividad de la Autoridad Monetaria ha sido decisiva en estos tiempos turbulentos.
A pesar de las pruebas que ha tenido que enfrentar la economía dominicana, luego de la crisis generada por la pandemia del covid y la inflación producto del cuello de botella durante la recuperación, el hecho de tener autonomía en las decisiones de política monetaria ha sido trascendental.
Otro aspecto importante, por igual, es el fortalecimiento de las reservas internacionales, las cuales han sido utilizadas inteligentemente por el Banco Central cada vez que ha sido necesario. Todo esto, agregado a la estabilidad que irradia la economía dominicana, han logrado la estabilidad que muchos observan con reconocimiento.