El país fue atravesado de Sur a Norte por la tormenta tropical Franklin, la cual se esperaba que trajera mucha lluvia y vientos. No fue así. Hubo comunidades que ciertamente registraron inundaciones muy fuertes, quizá un poco superior a un aguacero normal, pero no fue tal cual se esperaba. La esperanza estaba puesta en que las lluvias llenaran los embalses de las presas, pero no fue así.
Aunque “le entró” agua a los embalses, en algunos casos el panorama es penoso. La presa de Hatillo, por ejemplo, está casi a la mitad de su capacidad de almacenamiento, lo que afecta el riego de una de las zonas productoras de arroz más importante del país, pero también la generación de electricidad.
Aunque estamos en temporada ciclónica, todo indica que la seguirá por muchos meses más. Ahora toca hacer una sola cosa si no queremos morir de sed: ahorrar agua.