El mercado de valores, para más de un país, ha servido de conductor para el dinero y la liquidez, que son necesarios tanto para el crecimiento económico como la estabilidad. Estos permiten que las empresas obtengan capital fresco y facilitan oportunidades de inversión para individuos e instituciones.
Si bien para América Latina y el Caribe no es la excepción, las bolsas de valores en la región no están tan desarrolladas como las de otros mercados emergentes, a pesar de desempeñar un papel crucial en el desarrollo y la integración financiera global.
Aunque los mercados accionarios no son comparables con los de Estados Unidos o China, países como Brasil o México llaman la atención de organizaciones internacionales. Por ejemplo, a pesar de un año difícil para la mayoría de los mercados bursátiles globales, el S&P Latin América BMI ganó un 4.9% en 2022 y fue el único regional que cerró ese período en positivo.
Citan que esto presentó un marcado cambio con respecto a 2021, cuando las acciones latinoamericanas fueron las únicas en números rojos, mientras que el S&P 500 y varios otros mercados de valores regionales alcanzaron máximos históricos.
Desde el J. P. Morgan Private Bank indica que, a pesar de que el escenario parece poco alentador, Latinoamérica se encuentra entre las regiones emergentes más competitivas, tanto desde una perspectiva de renta variable como de renta fija.
Indicador
Tal como señala un informe de Statista, las bolsas de valores en América Latina luchan por alcanzar su máximo potencial debido a varios factores económicos, políticos y sociales como son inestabilidad, crisis, alta desigualdad de ingresos y el acceso limitado a los servicios financieros que continúa afectando el desarrollo de la región.
Estas deficiencias desalientan a las empresas, tanto nacionales como extranjeras, a cotizar en las bolsas de valores de la región. La B3, la bolsa de valores de Brasil, es la más grande tanto en términos de capitalización de mercado como en términos de número de empresas que cotizan en ella. Sin embargo, ese número no ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que significa que el desarrollo de la capitalización se debe principalmente al cambio en el valor de mercado de las empresas que ya cotizan en bolsa.
El reporte anual del 2022 señala que en el plazas de valores y en los instrumentos de renta variable hubo una caída del 11.0% en volumen financiero diario promedio negociado en el mercado spot de acciones (ADTV).
De acuerdo con el informe, se debió a una subida de tipos de interés en Brasil, que alcanzó el 13.75%, así como la inflación y el ajuste monetario por bancos centrales de las principales economías del mundo, lo que aumentó la aversión al riesgo del inversor. La misma tendencia se puede observar en otras bolsas de valores de la región. Por ejemplo, la Bolsa Mexicana de Valores, la segunda más grande, así como la de Comercio de Santiago y la de Valores de Colombia.
Renta fija o variable
En México, al 31 de diciembre de 2022, había 133 emisores mexicanos de capitales y 6 extranjeros listados en la bolsa en instrumentos de renta variable. Adicionalmente, 445 fondos de inversión y otros 117 se encuentran listados.
El reporte anual de la capitalización de mercado total de las emisorasM nacionales al cierre del 2022 fue de 8,848 billones de pesos. Según el reporte, el año pasado se realizaron 543 colocaciones de títulos opcionales por un monto de $27,070 millones de pesos. BBVA Bancomer y CITI fueron las casas de bolsa más activas, ya que realizaron 397 y 70 colocaciones, respectivamente. Adicionalmente se listaron 16 fondos de inversión, de los cuales 13 corresponden a fondos de renta variable y 3 a fondos en instrumentos de deuda.
Respecto al uso de instrumento de deuda (renta rija) en la bolsa, al cierre del 2022 se reportaron 175 emisores mexicanos. El monto de líneas vigentes al cierre del año fue de $442,850 millones de pesos. Se reporta que se realizaron 1,028 emisiones de certificados bursátiles de corto plazo por un monto de $176,403 millones de pesos, así como 80 emisiones de deuda de largo plazo por $203,929 millones de pesos, entre otras acciones. En términos de monto total de emisiones, la renta fija es mayor, ya que superó los $380,000 millones de pesos.
En el caso de Colombia, los datos indican que hay un volumen registrado de dos billones 603,904 millones en renta fija, de los cuales 960,650 millones están en transacción a la fecha de esta redacción y un billón 14,015 millones en contado, es decir, los negociados (entregados y pagados). Estas cantidades corresponden a títulos y bonos emitidos en su mayoría por el Gobierno Nacional.
Desde la Bolsa de Valores de Colombia señalan que se trata de títulos de deuda pública estandarizada del orden nacional, en las que pueden operar todos los afiliados del sistema. En cuanto a deuda corporativa en renta fija, esta tiene un volumen registrado de 293,102 millones de acciones, 175,800 millones en contado secundario y en transacción 131,493 millones. Estas son de negociación y registro sobre títulos de deuda privada y deuda pública no nacional en las que pueden operar todos los afiliados del sistema. En cuanto a la renta variable del mercado local, esta asciende a un volumen total de 45,669 millones, mientras que 38,588 millones están en “contado”.
La Bolsa de Valores de Quito, Ecuador, por su parte, reporta que, a septiembre de este año, la renta variable apenas tenía una participación del 0.83%. El valor en efectivo fue de $225,010.49 y 136,379 acciones. La renta fija representa el 99.16% en certificados de depósitos y de inversión del sector bancario, además de certificados de tesorería del Ministerio de Finanzas, notas de crédito, entre otros instrumentos. El monto en efectivo es de $26,619,655.31.
En Bolivia, datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), muestran que, a abril del 2023, de Bs$27,941 millones depositados en instrumentos, unos Bs$4,739 millones (16.9%) están en renta fija, o “acciones registradas en bolsa”, y Bs$17,129 millones (61.3%) en renta fija o “depósitos a plazo fijo”.
En el caso de Chile, donde los instrumentos de renta variable son llamadas “acciones”, estos solo representaron el 3.80% de los $62,728,950 transados en agosto del 2023, es decir, $2,384,878. En renta fija, el porcentaje asciende a 21.62%, o $13,562,262.
Argentina, de acuerdo con datos de BYMAData, la plataforma de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA), presenta apenas un 1.55% en renta variable, mientras que la renta fija asciende a 60.13%. Las estadísticas muestran que el total negociado es de un billón 701,793 millones, para una proporción de 26,368 millones en variable y un billón 023,253 millones en fija al 2 de octubre del 2023.
La Bolsa de Valores y Productos de Asunción, en Paraguay, en 2021, el volumen en renta fija representó el 97.94% de las negociaciones, del cual, el 55.69% fueron “Operaciones de Reporto”. El 2.01% fue en renta variable, y el 0.05% en derivados.
Centroamérica y el Caribe
En Costa Rica, la Bolsa Nacional de Valores (BNV) solo reportó que en 2021 hubo 10 emisores en acciones en renta variable que realizaron 17 emisiones. En fondos de inversión, esos números fueron 13 y 31, respectivamente.
Por su parte, en renta fija, los bonos a largo plazo ascendieron a 335 por 29 emisores, y en papel comercial a corto plazo a 93 emisiones, de parte de 20 emisores. El volumen total reportado fue de US$33,345 millones ese año. La Bolsa de Valores de Nicaragua, en su más reciente informe, reporta que el volumen negociado asciende a más de C$55,825 millones (córdobas), de los cuales 55,740.53 millones de córdobas (C$) son en renta fija (99.84%) y 84,563.74 miles de córdobas (C$) en renta variable (0.15%).
En renta fija el volumen negociado se divide en tres categorías: “primario”, con un volumen de C$50,427.73 millones; “R. Opcionales”, con de C$3,663.42 millones; y “Secundario”, con C$1,649.38 millones.
Esto indica que la mayoría de las transacciones en renta fija se realizan en el mercado primario, seguido de operaciones en renta opcional y, en menor medida, en el mercado secundario. Por su parte, el volumen negociado por mercado en renta variable se divide en dos categorías, “reportes” con un volumen de C$82,356.16 y “secundario” con C$2,207.58.
República Dominicana, al igual que otros mercados, presenta un alto porcentaje de acciones en renta fija. Según datos de la Bolsa y Mercado de Valores de la República Dominicana, del total transado en lo transcurrido del 2023, que suma RD$419,236 millones, el 83.01% es en renta fija mientras que los restantes RD$71,209 millones (16.99%) es en renta variable.
Este año, el mercado de valores del país caribeño tuvo dos hechos “transcendentales”. Primero, la empresa César Iglesias, que se convirtió en la primera en emitir acciones a nivel local. En apenas unos días logró emitir el 30% de sus acciones y en el mercado secundario experimentó un alza de un 30% en su primera semana, llegando incluso al 40% en los días siguientes.
Asimismo, la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV) aprobó recientemente que Promérica emita acciones preferentes, convirtiéndose en el primer banco local en dar este paso y ofrecer participación al público.
Excepciones
No en todos los países de la región la renta fija es la alternativa más rentable. En Venezuela, la Bolsa de Valores de Caracas reportó en 2022 que los montos negociados en bolívares en renta viable fueron de $676,831,401 (US$60 millones), mientras que la fija fueron $366,900,682 (US$45 millones).
El informe detalla que el total de las operaciones en la Bolsa de Valores de Caracas, tanto en negociaciones de renta fija como de renta variable, mostraron una importante variación del 560% en valores nominales, pasando de Bs.158,213,360 a Bs.1,043,732,083, al cierre de 2022.
Según datos del último reporte de Bolsa de Valores de Lima, Perú, la renta variable representa aproximadamente el 73.37% en moneda local (S/) y el 73.49% en dólares (US$) del total del mercado. La renta fija, por su parte, es aproximadamente el 18.77% en moneda local (S/) y el 18.68%. El más reciente resumen de montos y operaciones muestra que los montos anuales ascienden a S/4,695 millones US$1,262 millones en renta variable y S/1,201 millones US$320 millones en renta fija.
Transacciones
Según un reciente informe, el mercado de transacciones en América Latina había contabilizado en abril de 2023 un total de 860 operaciones, de las cuales 338 registran un importe agregado de US$23,846 millones, presentando un descenso del 32% en el número de transacciones y una disminución del 35% en su valor, con respecto al mismo período de 2022.
Por su parte, según el informe mensual de TTR DATA, elaborado en colaboración con Datasite, se han dado un total de 166 fusiones y adquisiciones, entre anunciadas y cerradas, por un importe agregado de US$14,099 millones.
Brasil lideró el ranking de países más activos de la región con 544 (un 39% menos que en el año anterior) y con un descenso del 55% en el capital movilizado, quedándose en los US$9,966 millones. Le sigue en el listado Chile, con 114 transacciones (con un aumento del 14%) y un 7% más de capital movilizado, llegando a los US$5,449 millones con respecto a abril de 2022.
Por su parte, México toma el tercer puesto del ranquin, con 99 transacciones. Este número supone un 29% menos en términos interanuales, aunque se ha incrementado el importe movilizado en un 33%, hasta los US$7,718 millones.
Colombia, en el cuarto puesto, registró 62 transacciones en los cuatro primeros meses de 2023 (descenso del 46%) y un capital movilizado que ha alcanzado los US$522 millones, siendo esta cifra un 85% inferior a la del mismo cuatrimestre de 2022.
Argentina, hasta abril, presentó un 23% menos de transacciones (54) y movilizó un 56% menos de capital, reduciendo la cifra hasta los US$540 millones. En último lugar, Perú presenta 41 transacciones (descenso del 21%), aunque ha logrado más que duplicar el importe total, hasta los US$3,489 millones.
Opciones para invertir
La renta fija se caracteriza por pagos de intereses fijos y devolución de capital, mientras que la renta variable implica la propiedad de una empresa y rendimientos que varían según el desempeño.
Ambas categorías de inversión tienen sus propias características y riesgos, y los inversores a menudo diversifican sus carteras para lograr un equilibrio entre ambas. Algunos ejemplos de instrumentos de renta fija son bonos del Gobierno. Un ejemplo son los bonos del Tesoro. Los inversores compran bonos y reciben pagos de intereses periódicos más el valor nominal del bono al vencimiento.
Asimismo están los bonos corporativos, con los cuales las empresas buscan financiar sus operaciones. Estos ofrecen intereses regulares y el reembolso del capital al final del plazo.
Una tercera opción son los certificados de depósito, emitidos por bancos. Ofrecen tasas de interés fijas durante un período específico. Los inversores depositan dinero en un CD y reciben el principal más intereses al vencimiento.
Por su parte, algunos instrumentos de renta variables son las acciones, que representan la propiedad en una empresa. Con estas los inversores pueden beneficiarse de ganancias de capital a medida que el precio de las acciones aumenta, así como de dividendos si la empresa los paga.
Otras opciones son fondos de inversión como son mutuos y los cotizados en bolsa. También están los de capital privado.