Las empresas familiares -definidas como una sociedad comercial, sin importar su tamaño, sobre la cual una o más familias ejercen el control de la propiedad y gobierno, participando también en su gestión- constituyen la columna vertebral de la economía dominicana. Se estima que las empresas familiares abarcan entre 75% y 80% de la totalidad del universo de organizaciones locales, y aportan cerca del 30% del producto interno bruto (PIB).
Este tipo de empresas ha sido tradicionalmente visto como un mecanismo no solo de creación del patrimonio familiar, sino una especie de fuente de empleos dentro de las familias. Sin embargo, un fenómeno interesante y positivo que se ha venido gestionando en República Dominicana ha sido el cambio del modelo de gobierno corporativo en varias formas que podremos examinar a continuación.
En primer término, debemos aclarar que no hay nada incorrecto ni contraproducente de tener una sociedad comercial en la cual la familia integre a los principales actores. De hecho, muchos estudios revelan que los familiares que son empleados tienen un alto grado de compromiso -como es de esperarse- con la misión y perpetuación del negocio, lo que se traduce en lealtad y una visión de largo plazo.
No obstante, no deja de ser el caso que las empresas familiares que no cuentan con una visión externa también pueden perderse de consejos e insumos muy valiosos. Una forma en que se ha evidenciado esto es a través del cambio de la gestión: los miembros de la familia pasan a ocupar posiciones en los consejos de directores, pero una persona que no es familiar ocupa la presidencia o principal gestión de la empresa.
Otra modalidad en que ha cambiado el gobierno corporativo ha sido en la composición de los consejos de directores. A través de la inclusión de profesionales de diversas experiencias y competencias en los consejos, las empresas familiares buscan puntos de vistas externos para la gestión del negocio, complementado de esta forma la visión familiar que apunta al éxito.
Es posible que algunos se pregunten: ¿por qué una empresa familiar debe introducir a terceros para la gestión y gobierno de sí misma? Aunque para algunos pudiera resultar sorprendente, este tipo de modelo redunda en beneficios para la misma familia, pues ayuda a reducir los conflictos entre el negocio y la familia, algo que ayuda a separar los aspectos patrimoniales de los temas de relación personal.
Asimismo, a largo plazo, la visión de 360 grados que pueden ofrecer profesionales ayuda a elevar la competitividad de la empresa. De esta forma se aseguran de que puede perdurar y mantener su éxito en el mercado. No es menos cierto que también todo se resume en que crea unas sólidas bases para la sucesión dentro de la misma empresa, con lo que también se aumenta la rentabilidad.
La empresa familiar es una piedra angular de la economía. Los cambios en el modelo de gobierno corporativo son necesarios y útiles para asegurar que perduren y logren éxito en el tiempo, y por eso vemos en nuestro país como se afianza este cambio de paradigma.