[dropcap]U[/dropcap]n estudio del Banco Mundial sobre la política fiscal y la redistribución en República Dominicana da cuenta de la alta tasa de pobreza que aún persiste, así como de los elevados niveles de desigualdad que se registran; esto a pesar del ritmo de expansión de la economía durante los últimos años.
El estudio de marras vincula esta situación con la poca capacidad del Gobierno para generar los ingresos necesarios bajo un esquema de progresividad de las políticas fiscales, y también con la situación del gasto público, particularmente el gasto social, y el rol que juega para reducir la pobreza y la desigualdad mediante la implementación de programas sociales de largo alcance.
El análisis de los investigadores del Banco Mundial parte de la metodología denominada “Compromiso con la Equidad”, que permite observar la evolución de los ingresos directos e indirectos, y sus niveles de progresividad y/o regresividad, así como el impacto que provocan determinados subsidios estatales sobre grupos poblacionales medidos según sus rangos de ingresos.
De lo que se trata es de determinar si el régimen fiscal dominicano contribuye o no a reducir la desigualdad en el país; de si el sistema de transferencias condicionadas del Estado está realmente beneficiando a los más pobres y, por vía de consecuencia, disminuyendo la cantidad de estos, y de si es posible implementar reformas fiscales que mejoren la equidad social.
Una conclusión del estudio es que la política fiscal es ya progresiva, lo que quiere decir que los niveles de redistribución del ingreso están mejorando. Pero la mala noticia es que se debe aumentar los ingresos para posibilitar una mayor cantidad de recursos para ampliar el gasto social, lo que implica elevar las tasas impositivas o crear nuevos impuestos.
El dilema que se presenta es a quién se le cobrarán más y nuevos impuestos, sobre todo con la percepción que existe de que a la ciudadanía no se le devuelve todo lo que se debería en servicios.
La visión del gobierno es que hay que buscar más recursos ya sea por la vía de la eficiencia fiscal o mediante la creación de nuevas figuras impositivas. Que los ricos paguen 3 mil pesos anuales por un marbete de un vehículo que costó 3 millones de pesos, es una barbaridad, por lo que deberíamos “discutir sin hipocresía” el tema del aumento de los impuestos, fue una de las posiciones de un representante del gobierno.
Habría que esperar qué opinan los ricos, los empresarios y los usuarios de los servicios públicos.