Según Stalman, A. (2025), estamos viviendo una era singular para el emprendimiento. Una era en la que hay más dinero que ideas y más ideas que emprendedores. De hecho, casi todo el mundo habla de emprender, de iniciar un negocio, aunque muy pocos se arriesgan y recorren ese, muchas veces, tortuoso camino.
Y es que, ciertamente, la autopista del emprendedor puede estar repleta de curvas peligrosas, de inesperados contratiempos aunque, también, quizás nos lleve hasta la cumbre.
Sin embargo, cuando uno lee las estadísticas con relación a las posibilidades de éxito de un emprendedor, se encuentra con cifras escalofriantes que enfrían a cualquier mente brillante.
En efecto, según datos del Bureau of Labor Statistics de los Estados Unidos, se estima que, a nivel global, alrededor del 50% de las nuevas empresas fracasan en los primeros cinco años, en tanto que aproximadamente el 20% de los emprendimientos cierran en el primer año debido a falta de planificación, financiamiento insuficiente o problemas en el modelo de negocio.
Después de 10 años, solo un 30% de las empresas sigue operando. Las startups tecnológicas suelen tener una tasa de fracaso aún más alta, ya que operan en entornos de rápido cambio y alta competencia. Sin embargo, emprendimientos bien planificados pueden superar estos promedios.
Pero, dónde es que están las raíces de los problemas que suelen tener los nuevos emprendimientos y cuáles son los principales errores de los emprendedores? Partiendo de lo que dice Kawasaki, G. (2022), comúnmente los emprendedores tienden a exagerar sus expectativas de ganancia futura, y apuestan a lograr un porcentaje del mercado más allá de sus posibilidades reales. La solución que se plantea para corregir este error es establecer una meta conservadora, de modo que si se supera crea un efecto positivo, contrario a si se queda muy por debajo de lo esperado.
Otro error de los emprendedores, siguiendo en la lógica de Kawasaki, es querer “escalar la infraestructura y contratar recursos de la producción pensando en un éxito gigantesco, inevitable e inminente”. La mayoría de los emprendedores desconocen la existencia de las deseconomías de escala, que no es más que el aumento de los costos unitarios debido a una expansión inusitada de la producción, provocando un déficit financiero temporal, lo que normalmente asusta a dichos emprendedores.
La solución posible frente a este error es no escalar hasta tener seguridad de ventas futuras, de modo que se garanticen los ingresos suficientes que sustenten los costos. Otro desliz del individuo emprendedor es pensar que su mayor problema es conseguir financiamiento, confundiendo muchas veces esto con el bienestar del negocio.
Kawasaki refiere que “el éxito del emprendedor consiste en construir una empresa”, no en la búsqueda de financiación, así como en gestionarla adecuadamente, darle una direccionalidad y crear las condiciones para su permanencia en el mercado. Las experiencias revelan que un emprendedor exitoso siempre encontrará financiamiento.
Finalmente, independientemente de errores que cometan los emprendedores, estos tienen la virtud de ser creativos, innovadores, proactivos, con sentido de urgencia, enfocados, y tienden a generar toda una corriente positiva que impacta el mercado en donde interactúan. Definitivamente, los emprendedores son personas especiales, que llevan el éxito a cuestas, así como sus sueños.











