[dropcap]E[/dropcap]l salario ha sido siempre motivo de discrepancias entre empleados y empleadores. Los primeros consideran que no reciben lo justo, mientras que los segundos entienden que es un asunto de competitividad, o sea, de existencia en un mercado cada vez más exigente en términos de costos. La fricción no parece terminar entre uno y otro.
¿Quién tiene la razón? Ambos. ¿Quién tiene más razón? Es la pregunta difícil de responder. Los empleados necesitan salarios dignos para cubrir sus necesidades básicas, o sea, mayor capacidad de consumo, que a su vez se traduce en un incremento en la demanda de bienes y servicios producidos por las empresas donde laboran los empleados que, al mismo tiempo, demandan mejores ingresos.
Del otro lado están los empresarios, quienes consideran que pagar salarios por encima de las posibilidades reales de sus empresas, especialmente porque se incrementarían los costos de producción, los llevaría a perder competitividad y, por vía de consecuencia, a aplicar recortes en la nómina o cerrar empresas. Son argumentos válidos en ambos sentidos.
El reto es cómo encontrar el punto de equilibrio o cómo determinar que un incremento de salario no se traducirá en una pérdida de empleos. Los economistas posiblemente no tengan la respuesta; los empresarios tampoco y menos los empleados.
“Ya se sabe que durante las últimas décadas la economía dominicana ha crecido en promedio un 6% y, obviamente, eso dice mucho de la fortaleza de la economía. Sin embargo, el problema básico es que ese crecimiento no se refleja en la generación de empleo”, según el economista y decano de Negocios de Intec Franklin Vásquez, consultado por elDinero a principios de 2015 en momentos en que se discutía sobre la falta de equidad en el país.
Ahora el tema ha vuelto a la palestra. El Comité Nacional de Salarios, que preside Félix Hidalgo, y representantes de los trabajadores acordaron incrementar un 20% al salario mínimo del sector privado no sectorizado. La decisión, al parecer, no cuenta con la aquiescencia de los representantes de la Confederación Patronal Dominicana (Copardom), quienes rechazan el incremento.
En lo adelante, el salario mínimo sería de RD$15,447.60 para las empresas que reporten ganancias de más de cuatro millones de pesos, RD$10,620 para las que reporten beneficios de dos a cuatro millones, y RD$9,411.60 a las que logren beneficios hasta los dos millones de pesos.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) aclaró que en el marco de las negociaciones del Comité Nacional de Salarios, su propuesta es un aumento de un 9% al salario no sectorizado, lo cual implica un aumento de un 100% por encima de la inflación acumulada, y la variación en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), acumulado en los últimos dos años. Desmiente, al mismo tiempo, que haya ofrecido un 15%.
El Conep afirmó que el sector empresarial está consciente de que se requiere crear las condiciones para que mejoren los ingresos de los dominicanos. Sin embargo, expresó que hacer un aumento desproporcionado de los salarios en esta coyuntura implicaría dos situaciones muy delicadas que el país debe evitar: provocar la quiebra de las micro, pequeñas y medianas empresas y una ola de despidos.
Ante esta situación, el Conep llama a promover una posición moderada respecto de este tema que se fundamente en elementos de racionalidad social y económica, a los fines de que se pueda llegar a un acuerdo que mejore las condiciones de empleo de los trabajadores, de manera que puedan recuperar su poder adquisitivo, pero sobre todo que garantice la sostenibilidad del empleo. Es la aspiración de todos.