[dropcap]E[/dropcap]n septiembre del año pasado, después de varias reuniones entre las autoridades de Haití y República Dominicana, se informó que el vecino país había levantado la veda impuesta en 2015 a 23 productos dominicanos. Pero ocho meses después fueron renovadas las restricciones a los mismos artículos.
Pero estas no han sido las únicas medidas establecidas por el Gobierno haitiano en contra de artículos dominicanos. En enero de 2008 se impidió la entrada de pollos y huevos, luego de que en diciembre del año anterior se reportaran dos gallinas enfermas con el virus de la gripe aviar en el Este de República Dominicana.
A pesar de que la Organización Internacional Sanitaria certificó en junio de 2010 que República Dominicana estaba libre de esa gripe, en 2013 Haití volvió a impedir la entrada de pollos y huevos de origen dominicano.
Es por ello que el economista Juan del Rosario, miembro de la Comisión de Comercio del Observatorio Binacional Dominico-Haitiano (OBMEC), opina que estas prohibiciones son intermitentes y no tienen una razón de peso que las justifique.
“Esas restricciones vienen y van, pero se imponen. Desde 2007 hay un proceso más o menos sostenido de restricciones no arancelarias. Ese tipo de medidas son discrecionales en su mayoría y no tienen un sustento”, explica.
Además, asegura que la veda impuesta en 2015 nunca se ha levantado. “Hay momentos donde las medidas se flexibilizan y, cuando el Gobierno quiere, activa la restricción. Pero nunca ha estado derogada, está vigente desde el 1 de octubre del 2015”, destaca.
Añade que a partir de ese momento las exportaciones de los productos afectados cayeron alrededor de un 46%.
Motivo de la veda
De acuerdo con el economista, las autoridades haitianas y grupos empresariales alegan que las razones de la veda son: Evitar la pérdida de ingresos por concepto de tasas arancelarias dejadas de percibir, impedir la competencia desleal a los empresarios haitianos formales que pagan impuestos, proteger la salud de los consumidores y estimular la producción local.
Sin embargo, Del Rosario considera que el verdadero motivo de las restricciones es la competencia interna entre grandes importadores haitianos contra los pequeños y medianos.
“No es casual que la intensidad del conflicto se active más en Dajabón. Ese es el lugar donde más tensiones existe, porque ahí hay muchos pequeños y medianos importadores que adquieren unidades individuales, a través de una red de compradores que tienen, y una vez almacenados pasan hacia grandes destinos como Puerto Príncipe y Cabo Haitiano”, expresa.
En ese mercado fronterizo, la OBMEC estima la cuantía del comercio informal en unos US$159 millones cada año.
Diálogo entre ambos países
Cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas Maldonado, anunció el levantamiento de la veda, resaltó que las tres reuniones bilaterales con su homólogo haitiano “han servido para reiterar las soluciones a los conflictos, sobre todo en lo relativo a lo comercial”.
“No hay ningún tipo de traba ni de República Dominicana hacia Haití ni de Haití hacia República Dominicana, estableciendo los procedimientos correspondientes”, aseguró el canciller en esa ocasión.
En ese sentido, Del Rosario señala que de esas reuniones diplomáticas “salen una serie de conjeturas que provocan gran entusiasmo en el lado dominicano, hasta el punto de que adquiere una dimensión de ingenuidad. Tu ves que todo el mundo celebra porque levantaron la veda y hasta el momento no ha habido un solo comunicado de las autoridades haitianas diciendo eso”.
El economista sugiere la firma de un acuerdo que facilite el intercambio comercial entre los dos países, pero por las experiencias del pasado reciente, entiende que cualquier intento de diálogo deberá producirse con la integración del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (EPA) y de la Comunidad del Caribe (Caricom), de modo que lo resultante del proceso sea refrendado en calidad de testigos por los actores que participan.
“Es decir, tener representantes de esos acuerdos como testigos del proceso de negociación entre República Dominicana y Haití, de manera que lo que se refrende sea algo de peso y que si uno de los dos gobiernos no cumple, que un actor tercero pueda decir vamos a establecer sanciones”, explica.
Entiende que las negociaciones entre ambos países van a prosperar muy poco, por la forma en que se están desarrollando.
“Cada vez que nombran nuevas autoridades el elemento que sale es reactivar la comisión mixta bilateral, que teóricamente ya está reactivada, y se discute mucho, pero en los temas comercial y migratorio no se logran avances”, resalta.
Restricciones a productos
Los productos más afectados con la restricción aplicada por Haití son el maíz molido, con una disminución de un 88%; tubos plásticos, con un 82%; detergentes en polvo, con un 63%; y picaderas, con un 60%. Otros rubros con caídas importantes fueron: cemento gris (58%), jabón de lavar (55%), hierro para la construcción (52%), equipos de construcción (50%), juegos en polvo (50%) y harina de trigo (32%).
A nivel sectorial, los productos más impactados negativamente con la restricción fueron los agroindustriales, que representaban aproximadamente el 57%, seguidos de industriales, con un 43%. Los agropecuarios y minerales tuvieron un peso poco importante en términos de participación porcentual en el total de productos exportados sujetos a la medida no arancelaria.
República Dominicana también establece restricciones a artículos haitianos como la cerveza, cigarrillos, bebidas energizantes y ron, alegando que no reúnen la calidad necesaria.