Por Osvaldo Oller
Como sector de importancia fundamental en el desempeño económico del país, reconocemos que existe una necesidad imperante de fortalecer y ajustar la posición fiscal de nuestro país.
No obstante es de de vital importancia que este proceso de reforma se traduzca en medidas concretas y realizables y que toda política económica que se asuma, se fundamente en sentar las bases para un modelo económico en el que la industria juegue un papel fundamental como motor de crecimiento, creación de empleo y bienestar.
Genera cierta preocupación las diferentes opciones que se han planteado como forma de hacer frente a la actual situación, las cuales de no ser consensuadas y estudiadas a fondo podrían impactar de manera negativa, no sólo el sector cementero, sino muchas ramas productivas de la economía.
En nuestro caso en particular los cementeros hemos realizado en los últimos años grandes esfuerzos para ajustar nuestros costos operativos al máximo y conseguir las instalaciones más eficientes que nos permite la tecnología actual. Sin embargo, todo el trabajo realizado por mantener la competitividad de nuestro negocio y nuestros productos no son suficientes si determinados costos, como el energético y los combustibles, sin duda los más relevante para nuestro proceso productivo, siguen creciendo al ritmo de los últimos años.
El consumo de cemento en el país en lo que va del año ha retrocedido un 7% aproximadamente, en comparación con el mismo período del año pasado. El sector acelera las exportaciones, las cuales se han incrementado en 36%, pero asegura que su competitividad dentro y fuera del país depende de marco económico y legal que asegure un campo de juego global y suministre seguridad y estabilidad para las inversiones.
Es importante también resaltar la necesidad de evaluar de cerca los impactos de la reforma que finalmente se apruebe, incluyendo impactos sobre la competitividad y el empleo, no solo antes de la adopción sino también a intervalos regulares después de su implementación.
Más que nunca debemos ser capaces de preservar la estructura industrial que tanto esfuerzo ha costado crear y del que depende en última instancia el éxito o fracaso de nuestra economía. Sin un tejido industrial sólido, la alternativa es relegar a nuestro país a una mayor vulnerabilidad económica.
En este momento de ajustes, debemos reflexionar antes de acometer medidas que puedan mermar definitiva y fatalmente nuestra competitividad y en definitiva con una apuesta decidida por un marco normativo y unas decisiones de índole económica que no penalicen nuestra eficiencia, como única vía para que la industria dominicana no se quede atrás, sea competitiva, pueda exportar y permita mantener miles de puestos de trabajo.
El sector cementero tiene la capacidad, la confianza en lo que podemos y sabemos hacer: Continuar produciendo el cemento que nuestro país necesita para su desarrollo, sólo podemos lograrlo a través de un trabajo articulado entre el Estado y los demás sectores productivos nacionales que como el nuestro, han demostrado tener la capacidad de invertir, de generar empleos, asumir riesgos y de dinamizar otros sectores que están íntimamente encadenados a nuestra industria.
Proceso de innovación constante
La industria cementera en el corto plazo trata de aprovechar nichos de oportunidad como lo es la aplicación de pavimento de concreto y suelo-cemento a las carreteras y caminos vecinales del país, una metodología que se usó muchos años atrás con resultados excelentes.
La inversión que nuestro país ha venido realizando en el desarrollo de su red vial tanto en carreteras como en vías urbanas adquiere una importancia estratégica para los años venideros, por lo que la incorporación del pavimento rígido como alternativa de pavimentación, es un tema a considerar al favorecer aun más las decisiones estratégicas desde el punto de vista de calidad y rendimiento.
Apoyo a la construcción de viviendas económicas
La Ley de Desarrollo del Mercado Hipotecario si es implementada de manera responsable y sostenible en el tiempo constituye un excelente instrumento para que los recursos acumulados en los fondos de pensiones puedan contribuir a reducir el déficit habitacional de República Dominicana el cual sobrepasa el millón de viviendas.
Adocem se encuentra en un proceso de ultimar los detalles de un convenio que suscribirá con la Asociación de Promotores y constructores de viviendas (Acoprovi), a través del cual se implementará un esquema de descuento en el precio de la funda del cemento que sería otorgado única y exclusivamente para la construcción de viviendas y proyectos habitacionales clasificados de bajo costo acorde a lo estipulado la Ley 189-11.
El autor es presidente de ADOCEM.