“Aunque el número de inmigrantes haitianos en República Dominicana ha aumentado sustancialmente en la última década y media, es escasa la evidencia que apoya la hipótesis según la cual la mano de obra haitiana reduce los salarios a nivel local”, concluyen expertos del Banco Mundial (BM).
Al analizar los efectos de la migración haitiana sobre los salarios en República Dominicana, Liliana Sousa, Diana Sánchez y Javier Báez plantean que la demanda de migrantes haitianos en suelo dominicano “se limita en gran medida al trabajo informal de bajo salario, particularmente en agricultura, comercio y construcción”.
Sus consideraciones están contenidas en el informe titulado “Cuando no basta el crecimiento: razones de la rigidez de la pobreza en República Dominicana”. El documento apunta que los niveles de educación y las habilidades lingüísticas en español figuran entre los problemas que limitan la capacidad de los inmigrantes procedentes del vecinos país para competir por empleos de mejor calidad y salarios más altos.
Señala que el número de inmigrantes en República Dominicana creció en los últimos 15 años, por lo que llegó a representar más del 5 por ciento de la población del país en 2012. “Unos 9 de cada 10 inmigrantes provienen del vecino Haití”.
El Banco Mundial destaca que “la demanda de mano de obra es limitada para las mujeres haitianas” en República Dominicana. También que los inmigrantes del vecino país “están agrupados geográficamente y ocupacionalmente” y “tienen niveles significativamente más bajos de capital humano (escolaridad y conocimientos del idioma español) que la mano de obra local”.
Plantea que, pese a ser una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, los salarios reales en República Dominicana se han mantenido “bastante estancados” tras la recuperación de la crisis bancaria que afectó al país desde 2003.
“Los salarios en todas las categorías de calificaciones fueron cerca de 30% más bajos en términos reales en el 2013 comparado con el 2000 (Banco Mundial, 2017)”, dice.
Reconoce que, al igual que otras naciones, en el mercado laboral dominicano existen inquietudes en torno a que la inmigración puede traducirse en menores oportunidades de empleo para trabajadores locales y, de esa forma, contribuir al estancamiento de los salarios y a una baja tasa de reducción de la pobreza.
Los investigadores del Banco Mundial plantean que en un modelo clásico de economía cerrada un aumento de la oferta de mano de obra debido a grupos inmigrantes puede llevar a reducciones salariales si los extranjeros sustituyen la oferta de mano de obra local. Pero insisten en que en República Dominicana no se observa ese fenómeno, aunque reconocen que la “inmigración podría dar lugar a una mayor competencia por los empleos no calificados, reduciendo el crecimiento de salarios de los menos calificados, a la vez de aumentar los retornos de capital, en la medida en que el capital se ve complementado por la mano de obra no calificada”.
Un 5.4% extranjeros
Al analizar la mano de obra haitiana los especialistas del Banco Mundial hacen una revisión bibliográfica que incluye autores nacionales e internacionales. Resaltan como fuente principal de datos sobre extranjeros la Encuesta Nacional de Inmigrantes de República Dominicana (ENI-2012).
Esta encuesta estimó una población inmigrante total de algo menos de 525,000, lo que implica que el 5.4 por ciento de la población del país es de origen extranjero, de los que el 87% provienen desde Haití. La encuesta identificó 240,000 individuos (2.5% de la población total) con al menos un padre nacido en el extranjero.
Los investigadores del Banco Mundial reconocen, sin embargo, que el número de inmigrantes haitianos y sus descendientes pudo ser subestimado, debido a la dificultad de medir una población mayormente pobre e indocumentada. “De hecho, según la ENI-2012, en el 2012 sólo el 7 por ciento de los inmigrantes haitianos en República Dominicana tenían un documento de identidad dominicano”, añaden.