[dropcap]S[/dropcap]i algo ha demostrado el expresidente Hipólito Mejía es que no es un “hombre de palabra”. Todos los dominicanos recuerdan “el rostro del triunfo” (esto fue para las elecciones del 2000), que no fue tal porque en realidad le faltaron algunos puntitos que Joaquín Balaguer y Danilo Medina no quisieron discutir en una segunda vuelta. Pero bien, “El Guapo de Gurabo” tomó posesión el 16 de agosto de ese mismo año y gobernó hasta 2004. La historia de cómo le fue a la economía y qué sucedió en términos de escándalos de corrupción pública, endeudamiento soberano y crisis financiera, así como los deslices del Presidente, son de todos conocidos.
Sin embargo, un hecho que marcó la carrera política de Mejía fue que repitió no se sabe cuántas veces que no se presentaría a una nueva postulación presidencial porque la reelección es una maldición y es azarosa. Fuimos testigos de lo que sucedió con la Constitución todo para “acomodarla” a un sí del Presidente, luego de haber dicho tantas veces que no, que la reelección es maldita y azarosa. No se sabe quién o quiénes convencieron al jefe de Estado para que echara su palabra por el suelo. La campaña se sustentó, básicamente, en “Ahora para los tiempos buenos”, lo que implícitamente era un reconocimiento de lo mal que le había ido al país durante su gestión. No sabemos quién o quienes sirvieron de asesores o echaron pa´lante con esta estrategia de campaña. Lo resultados electorales son de todos conocidos.
En 2008 Miguel Vargas Maldonado logra la nominación presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), venciendo a Milagros Ortiz Bosch. Hipólito Mejía no aparece por ningún lado quizá porque aún no sale de la resaca de 2004. Lo resultados electorales son de todos conocidos.
En 2012 aparece de nuevo Hipólito Mejía. Esta vez no habla de que es un hombre de palabra. Pero sí reunió a muchos tras el objetivo de ser Presidente de la República. Movimiento Democrático Alternativo, los partidos Revolucionario Social Demócrata, Demócrata Institucional, Humanista Dominicana, Alianza Social Dominicana y cientos de organizaciones que se congregaron para apoyar a Mejía. Aunque redimido porque alcanzó casi un 47% de los votos, los resultados electorales son de todos conocidos.
Luego de sillas por los aires, convenciones anuladas, juicios predefinidos, enfrentamientos de toda índole e impugnaciones que no surtieron efectos, vino la debacle del PRD y Miguel Vargas se queda con el partido, y los expulsados (y los que siguieron a los expulsados) convencen a Luis Abinader para cambiar el nombre de la Alianza Social Dominicana (ASD) por el del Partido Revolucionario Mayoritario, pero el nombre fue rechazado en la Junta Central Electoral (JCE), logrando que pasara como Partido Revolucionario Moderno (PRM). A partir de este momento es que se inicia la verdadera lucha fuera del viejo PRD. Aún no se conocen los resultados.
Lo que no se entiende cómo es que Hipólito, que carga con una trayectoria de fracasos políticos, que tiene más de 70 años de edad y que no tiene nada nuevo que aportar al país (lo mismo podría decirse de Leonel Fernández), pretende troncharle el camino a la nueva generación que sí sería la mejor cara de un partido cuyo nombre incluye la palabra “moderno”. Mejía no tiene nada de moderno. Incluso, sus pronunciamientos dan una idea de lo que le espera al país en caso de que alcance la Presidencia. No tiene lógica (…pero nada de lógica) que el expresidente busque nuevamente la nominación a la primera posición del Estado en contra de lo que le impone la realidad. Lo mejor, y esto sí tiene lógica, es que la experiencia y la sabiduría política de que disfruta, la ponga al servicio de otro candidato que sin duda, para los del PRM, es Luis Abinader.
Hipólito Mejía debe entender (también LF) que su tiempo pasó, que luego de todo lo que ha sucedido con su carrera política no tiene nada qué ofrecer al país, más allá de su experiencia para ponerla al servicio de quienes tienen una visión renovada y vanguardista del futuro dominicano. Igual podría decirse de Leonel Fernández. ¿Qué más podría aportar el presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) al país, luego de haber gobernado tres períodos? No creo que mucho. Hay más cerebros (frescos) que pueden y están en capacidad de dar más por el país. Están en todos los partidos.
Si Mejía fuera un hombre de palabra, entendiera que su tiempo pasó.