Santo Domingo.- El mercado de trabajo en República Dominicana ha sido ampliamente analizado con la publicación de estudios, levantamientos estadísticos y hasta redacción de libros relacionados con la cantidad de trabajadores formales e informales con que cuenta el país.
Sin embargo, las estadísticas del mercado del trabajo son difíciles de determinar en forma adecuada, debido a que ninguna institución del Estado lleva un registro completamente acabado sobre la cantidad de empleados formales e informales que tiene el país.
El Banco Central es la institución que lleva las estadísticas “oficiales” sobre el mercado de trabajo dominicano. Pero esta institución elabora su informe con base en encuestas que realiza cada año, una en abril y otra en octubre.
Dado que sus mediciones son con base en encuestas, no se puede determinar con exactitud la cantidad de trabajadores formales e informales del país. Además, el BC lleva un registro que incluye a trabajadores a partir de los 10 años de edad, e incluye entre los trabajadores de 10 a 19 años a empleados en el área formal. ¿Cuál empresa formal tiene en el país registrados empleados menores de 18 años? No se sabe, pero aparecen en las estadísticas oficiales de la institución monetaria.
Otra fuente de determinación de la cantidad de empleados formales es la Superintendencia de Pensiones (Sipen). Esta institución tiene un registro de actualización mensual sobre la cantidad de trabajadores que cotizan a la seguridad social para su plan de pensiones, lo cual permite obtener un registro más cerca de la realidad y la exactitud, pues no se trata de una encuesta, sino del conteo, uno por uno, de los trabajadores que cotizan.
El problema es que en el registro de la Sipen no se incluyen los empleados de entidades autónomas y descentralizadas del Estado como los ayuntamientos, la Junta Central Electoral, la Cámara de Cuentas, la Suprema Corte de Justicia, el Congreso Nacional, la Policía y el Ministerio de Defensa.
Dado que las estadísticas de la Sipen excluyen a los empleados de esa cantidad de instituciones, entonces se torna difícil determinar la cantidad exacta de trabajadores formales con que cuenta el país, incluidos los del sector privado como los “servidores” públicos.
Lo mismo ocurre con las estadísticas de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS), donde se lleva un registro exacto de los trabajadores que cotizan a los sistemas de pensiones y de salud del país, pero lamentablemente no incluyen a los empleados de las entidades antes mencionadas.
Pero esas son las fuentes. Posiblemente en los próximos meses se pueda obtener un registro estadístico adicional, cuando el Ministerio de Trabajo ponga en funcionamiento un nievo sistema de registro de trabajadores activos e inactivos con base en reportes de los empleadores.
Mientras tanto, para los fines oficiales, las estadísticas del mercado laboral que toman en cuenta, incluso, los organismos internacionales, son las que elabora el Banco Central.
De acuerdo con esa institución, a abril de 2014, en el país se registraban 1 millón 865,496 trabajadores formales. En tanto que el número de trabajadores asalariados en el mercado informal sumaba 2 millones 236,638 empleados.
Las estadísticas de la Sipen, en cambio, ubican los trabajadores formales en 1 millón 472,311 trabajadores. Sin embargo, dado que esas cifras no incluyen a las instituciones antes mencionadas, entonces se pueden considerar que los cerca de 400,000 trabajadores de más que muestran los números del BC, se corresponde más con la realidad laboral, aunque con el pequeño vicio de que incluye a empleados a partir de los 10 años de edad. Por fortuna, los de 10 a 19 años son muy pocos y prácticamente no varían el registro estadístico.
Al comprar la cantidad de empleados formales e informales, con el registro o padrón de votantes de la Junta Central Electoral (JCE), se puede hacer un levantamiento muy cercano a la realidad, sobre la cantidad de personas adultas que trabajan y las que están desempleadas.
El padrón electoral, cerrado a noviembre de este año, muestra que hay 7 millones 41,537 personas adultas en el país. Si a esa cantidad se le restan los 4 millones 103,134 trabajadores formales e informales con que cuenta el país, entonces se puede determinar que en el país hay 2 millones 939,403 ciudadanos desempleados, que no realizan ninguna actividad laboral formal o informal.
Al despejar las cifras, se nota que de la población adulta del país, sólo el 26.5% tiene empleo formal, mientras que el 31.7% de esa población adulta realiza labores en la informalidad.
Al agrupar a empleados formales e informales, se tiene que el 58% de la población adulta del país trabaja, mientras que el 42% no tiene ningún tipo de empleo, ni formal ni informal.
El hecho de que casi 3 millones de ciudadanos y ciudadanas adultas no cuenta con una fuente de empleo, ofrece una idea de la difícil situación económica que atraviesa una gran parte de la población dominicana.
A eso se agrega el hecho de que de la población que trabaja, el 55% son empleados informales, es decir, que no tienen empleo fijo, no cotizan a la seguridad social, no cuenta con niveles salariales ni derechos laborales amparados en las leyes vigentes.
En tanto que, de los empleados formales, que representan el 45% de la población empleada, una proporción superior al 57% devenga salarios por debajo de los RD$10,000 mensuales, lo cual se torna insuficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Así está el mercado de trabajo de República Dominicana, tomando como base las estadísticas oficiales del Banco Central y el padrón electoral que muestra la cantidad casi exacta de los ciudadanos mayores de edad con que cuenta el país.