Mientras que las tensiones geopolíticas y la guerra comercial azotan a los mercados a nivel internacional, República Dominicana atraviesa por otro panorama incierto que podría incidir de forma negativa, en términos políticos, sociales, y económicos. Me refiero en concreto a las interrogantes de cara a las elecciones presidenciales de 2020 y a la campaña de descredito injusta que está sufriendo nuestra nación debido a algunos casos muy lamentables, pero que no dejan de ser puntuales.
En la actualidad, República Dominicana se encuentre en la mirilla de literalmente todo el mundo a raíz de los fallecimientos de 9 turistas, el incidente que dejó herido de bala al expelotero de las grandes ligas David Ortiz, y la posible reforma constitucional para que el presidente Medina pueda ser reelegido en las elecciones de 2020.
Primero, los desafortunados casos de los turistas fallecidos no dejan de ser hechos aislados, y si nos basamos en evidencia empírica, podremos constatar que en los últimos tres años, ha habido una reducción de un 56 por ciento en el número de americanos fallecidos en el país.
El Ministerio de Turismo dominicano reveló el viernes pasado detalles sobre los exámenes toxicólogos de los turistas fallecidos en el país (todos con condiciones pe-existentes).
El caso de David Ortiz es diferente a lo ocurrido con los turistas, y la prensa internacional lo está ‘empaquetando’ en una sola noticia, que afecta al sector turístico dominicano completo. Por otro lado, es importante que se respete la Constitución para mantener la estabilidad económica, social y política en República Dominicana.
Entendiblemente, estos temas generan ruido, pero es importante mantener la calma y en breve conoceremos si tendrán un impacto cuantificable significativo.