La situación de crisis mundial que estamos viviendo a causa de la pandemia covid-19 ha llevado a la mayoría de las empresas a evaluar si están realmente preparadas y tienen las herramientas necesarias para enfrentar posibles contingencias en el futuro, superarlas, y salir fortalecidos de ellas.
Las empresas están cada vez más expuestas a crisis y situaciones disruptivas que provocan cambios en su rendimiento empresarial. La pandemia es una prueba de resiliencia para las empresas, alentándolas a realizar una estrategia de gestión de riesgos, encabezado por un comité de crisis, abarcando desde la comunicación interna y externa hasta la evaluación, gestión y mitigación de riesgos.
Una empresa resiliente debe tener la capacidad de aprender de todas las situaciones que se presenten, levantarse rápidamente y trabajar para conseguir la rentabilidad requerida. La capacidad de salir fortalecido de las crisis es una competencia muy útil para resistir y sobreponerse a las crisis laborales, aunque debemos resaltar que no se trata de sobrevivir ni resistir se trata de aprovechar positivamente la experiencia de crisis, como oportunidad para crear soluciones beneficiosas para la empresa.
La innovación y la creatividad son la base de las empresas resilientes, identificando el momento ideal para ampliar su línea de productos o crear nuevas líneas, promoviendo en todo el equipo de trabajo un ambiente idóneo, lleno de avances tecnológicos, ayudando así al desarrollo de la organización.
Las empresas que se adaptan a procesos prácticos y que toman decisiones en plazos cortos durante las crisis, son las que pueden hacer la diferencia y avanzar con proyectos exitosos. La resiliencia empresarial busca cambiar su entorno y generar oportunidades de negocio donde nadie más puede verlas. Ser receptivos al cambio es precisamente el motor para que la empresa pueda levantarse, recuperarse y mejorar.
Los ambientes competitivos de las empresas están llenos de retos visibles y oportunidades invisibles; tener la capacidad de descubrir esas oportunidades en los momentos de adversidad es lo que convierte a una empresa en resiliente.
Cuando la economía global afecta la operación del negocio, ese es el momento para ser resiliente. Contratar o mantener colaboradores comprometidos por el entorno, con inteligencia emocional, que se adapten fácilmente a los cambios, resistentes a la constante presión y estrés que se viven en los tiempos de crisis y sobre todo enfocado en la búsqueda de soluciones, la resiliencia es una habilidad que genera mucho valor para ser competitivos. Una empresa que busca ser competitiva debe tener como prioridad ser resiliente, aprender de las buenas y malas experiencias y enfocarse en realizar acciones preventivas que le permitan crecer de forma sostenible.