[dropcap]E[/dropcap]l Banco Central ha reducido su tasa de interés de política monetaria (TPM) en 125 puntos básicos en lo que va de año. Lo ha hecho en tres tramos: los dos primeros de 50 y el último de 25.
La decisión fue adoptada luego de asegurarse de que el panorama macroeconómico del país, tomando en cuenta el balance de riesgo en torno a las proyecciones de inflación, establece que todo estará bajo control. Esto quiere decir que en lo que resta de año no habrá sorpresas desagradables.
Al Banco Central hay que creerle, pues ha demostrado que sus proyecciones, a juzgar por los resultados, han estado muy cerca de la realidad. Como toda acción tiene una reacción, ahora habrá que esperar que el sistema financiero responda adecuadamente a la clara señal de las autoridades monetarias y financieras. Lo que ha sucedido con las tasas de interés deberá expresarse en la realidad.
Las instituciones financieras, como entidades promotoras del desarrollo económico y social del país, deben apurar el paso en la revisión de tasas de aquellos préstamos que están en curso. De esta forma no sólo se agiliza el nivel de cumplimiento, sino que se da una muestra de interés real en que son aliados del país. Sabemos que será así. Ahora bien, quienes tienen compromisos financieros también están en el derecho de pedir revisión y no esperar que sea el banco el que lo informe.
La señal es muy clara. De acuerdo al esquema de gestión de liquidez de corto plazo del Banco Central, la tasa de depósitos remunerados (overnight) se reduce de 3.75% a 3.50% anual y la tasa de facilidades de expansión (repos), disminuye de 6.75% a 6.50% anual. Las autoridades esperan que la decisión de política incida favorablemente en el crecimiento económico sin poner en riesgo la meta de inflación en el horizonte de política.
Por suerte, República Dominicana es poseedora de un sistema financiero que no sólo es fuerte, sino que sabe qué debe hacer para impulsar la meta común que tenemos como nación: alcanzar el desarrollo equitativo.
La inflación es una variable o indicador que se toma en cuenta para adoptar una decisión como la de bajar las tasas de interés. Hemos registrado precios por debajo de las proyecciones oficiales. De los últimos siete meses, cinco han terminado con inflación negativa, lo que habla muy bien de la efectiva política monetaria que se implementa en estos momentos.
Aunque sabemos que cuando las tasas bajan el mercado tarda en sentirlo, en este caso se han producido tres rebajas que bien pudieran comenzar a surtir efectos en el mercado.
Y no hablamos sólo de promociones especiales, pues de lo que se trata es del crédito que normalmente fluye en nuestro sistema financiero que va directamente a los sectores productivos. Esperemos los efectos.