El 2020 ha dejado en nosotros una marca que probablemente jamás borraremos y cuyos acontecimientos estaremos hablando por generaciones. Hemos aprendido que debemos de estar preparados, que hay que tener y guardar, tal y como nos aconsejaban nuestros ancianos.
Logramos aprender a trabajar, comunicarnos y amarnos de forma distinta, nos reinventamos para poder salir adelante ante una crisis que aún no hemos visto fin, pero logramos adaptarnos.
El 2021 debe ser un año en el que iniciemos armados, preparados en todos los sentidos para lograr enfrentar el que anhelamos sea un año de recuperación, reorganización y, sobre todo, un poco más predecible. En consecuencia, directa a este anhelo y esperanza, la mejor forma de lograrlo es estando organizados. La organización financiera es vital para que las metas que nos proponemos puedan cumplirse.
Estar organizado financieramente es posible. Sin embargo, es necesario que entiendas que puedes lograrlo y que tu mente lo asuma. Una vez hecho esto, existen diez importantes pasos que no debes saltar.
El primer paso obligatorio es reconocer y entender exactamente el monto de tus ingresos, adicionando origen y representación de tus ingresos totales.
Luego debes identificar tus gastos más importantes, anotarlos y tratar de mantenerlos optimizados. Y con esta información, establecer tus metas de ahorro, ponle nombre y sé constante. El siguiente movimiento irrenunciable es organizar tus deudas y hacer un plan para eliminar aquellas que te quitan la paz.
A estas acciones debe seguirle la tarea de trabajar en tu presupuesto y mantenerte monitoreándolo. Nunca olvides las partidas de tu vida diaria que no sueles prever como: salidas, regalos, vacaciones y todas las actividades extracurriculares, poniendo especial atención en anotar tus gastos hormiga, que son los que algunas veces se comen tu presupuesto.
Comienza a formar tu fondo de emergencia, si aún no lo tienes. Otra recomendación imprescindible es aprender a manejar tus tarjetas de crédito y, finalmente, preparar tu presupuesto con holgura, dentro de tus posibilidades, recordando que no se trata de que estés ahogado todo el tiempo.
Por último, pero no menos importante, ten presente que el presupuesto es un documento vivo, si no te funciona a la primera puedes hacerle modificaciones, para que sí te sea útil. Si sigues estos simples consejos, te aseguro que tu vida cambiará y que con cada paso que des estarás más cerca de tu libertad financiera. Al final, todo depende de ti. Recuerda que sólo podrás llegar hasta donde te lo propongas, ya que al ponerte limites no defines solo tu presente, sino tu capacidad de crecer en el futuro.