[dropcap]L[/dropcap]as extensiones de pelo se han convertido en la forma más rápida y común de cambiar el aspecto físico de las mujeres. Cientos de féminas invierten cuantiosas sumas de dinero en las adaptaciones para modificar el largo, el volumen y estilo de su melena.
Por estas razones en República Dominicana la compra y venta de pelo ha crecido, lo que hace de este peculiar negocio una fuente rentable para múltiples salones, centros especializados y estilistas a domicilio que ofrecen este servicio.
Esta práctica es muy común en las avenidas Duarte y México, donde se encuentran los lugares predilectos para la realización de la técnica de estilismo, que se hace hasta en las aceras.
[pullquote align=”right” cite=”” link=”” color=”” class=”” size=””]“Las extensiones son una salvación para las mujeres que no se sienten complacidas con su pelo natural, es un cambio inmediato que les eleva la autoestima”[/pullquote]
Una de las pioneras en República Dominicana es Magalis Solís Vargas, propietaria del Salón Mechy, quien afirma que desde la década de 1990 coloca adaptaciones de pelo.
“Las extensiones de pelo no son nada nuevo. En mi caso, desde los 90 las coloco. No eran muy comunes porque solo las vedettes y algunas artistas las utilizaban. Además, era un proceso bastante caro que no todo el mundo podía pagar”, explicó Solís en una entrevista a elDinero.
La compra de la melena se puede hacer de forma fácil a través de internet, lo que facilita la adquisición, tanto para los distribuidores como por los clientes particulares. Al traer pelo del extranjero, los vendedores se ahorran el proceso de desinfectado, cosido y empacado.
Los principales destinos desde donde República Dominicana importa el pelo para su comercialización son China, India, Estados Unidos, Perú y Brasil, siendo el cabello hindú el más demandado por su calidad.
La estilista asegura que el pelo que utiliza en sus centros de belleza es comprado en el extranjero, porque en el país no existe una industria formal que se dedique a la venta de cabello nativo.
“Nosotros intentamos fomentar una industria local que se dedicara a la compra y venta de pelo de mujeres dominicanas. La idea no prosperó a causa de algunas denuncias durante el 2008 y 2011 de mujeres que fueron víctimas de robo de cabellera para venderlas de forma irregular”, agregó Solís.
El pelo suele venir con su color natural lo que facilita someterlo a un proceso de coloración. Las medidas de las extensiones oscilan entre 25 y 70 centímetros, permitiendo que se puedan hacer todo tipo de cortes y diseños de peinados.
Inversión
Las extensiones de pelo humano, según la cantidad y el método que se utilice, se pueden adquirir entre RD$10, 000 y RD$40, 000. Si el cabello es artificial, el costo es más bajo (entre RD$2,500 y RD$5,000).
El debido cuidado de las extensiones puede prolongar su durabilidad. En el caso del pelo humano puede ser de hasta dos años y el artificial solo siete u ocho meses.
Métodos
Tras la adquisición del cabello, los procesos para su postura son diversos; por igual los precios. El procedimiento más económico es el “de peinetas”, pues permite a las consumidoras colocarse el pelo por sí mismas. Las peinetas se pueden adquirir en distintas tiendas, a partir de RD$50. Otros procedimientos, como el cosido, punto de cruz o pegado son más caros.
El método cosido es el más utilizado y su precio va desde RD$200 hasta RD$500 por cada capa de pelo aplicada.
El punto de cruz o por mecha es el procedimiento más costoso, porque permite que las extensiones luzcan una apariencia más natural. El mínimo de la colocación con este método es RD$1,500, aumentando según la cantidad y largo del cabello.
El método “pegado” es el menos utilizado, debido a que es más complejo y tiende a dañar la extensión y, en ocasiones, perjudica el pelo natural. Para este proceso se utiliza un pegamento especial, y se van adaptando las capas de pelo a escasos centímetros del cuero cabelludo. El pegamento, según la marca, se puede conseguir desde RD$600, el frasco de una onza.
Mantenimiento
Las adaptaciones necesitan el mismo cuidado que el cabello natural y, si se hace de manera permanente, durará más tiempo en buen estado.
Cada dos o tres meses, según amerite, se debe desmontar la adaptación e instalar el pelo nuevamente, porque con el paso del tiempo el cabello va aflojando y es más propenso a que se maltrate y desgaste. Por ende un mantenimiento rutinario aumenta la vida útil del pelo.
El costo de volver a colocar la extensión dependerá del método que se utilice. Puede ser a partir de los RD$500 y llegar hasta RD$2,000.
Preparación
El personal que labora en la adaptación de cabello, en muchas ocasiones, recibe un entrenamiento especial en las distintas técnicas de extensiones. Debido a su auge, ya las academias de belleza lo incluyen dentro de sus programas académicos.