[dropcap]E[/dropcap]ntre olores desagradables, condiciones insalubres e instalaciones deplorables laboran diariamente los vendedores del mercado de San Cristóbal, lugar donde el desorden y el sucio convive con los alimentos.
El mercado opera en precarias condiciones: fundas o lonas en el suelo con los productos encima y pequeños puestos construidos con madera en donde las pilas de frutas y verduras decoran los antiestéticos quioscos.
Pese a que en el 2010 se inauguró una edificación valorada en RD$200 millones, en un área de 33,025 metros cuadrados para trasladar a los vendedores, “el mercado nuevo” no ha empezado a usarse. Los comerciantes siguen ubicados en el centro del municipio, entre las calles María Trinidad Sánchez, Florencio Araujo, Juan Tomás Días y Modesto Díaz.
Mientras la insalubridad permanece en esta plaza pública y las estructuras de los puestos de ventas se deterioran, los mercaderes se mantienen negativos ante la idea de irse del lugar.
Dilema
Los comerciantes se quejan de que el nuevo mega mercado Don Abelardo Liriano, ubicado en el sector Canastica y construido en el gobierno del expresidente Leonel Fernández, bajo la gestión del exalcalde José Montás, “está muy lejos y la gente no va a ir a comprar”.
“Yo estoy dispuesto a irme; el mercado nuevo tiene una buena estructura, allá vamos a estar más cómodos y el lugar es más higiénico; lo único malo es que está mal ubicado. Queda a tres kilómetros de este mercado”, dijo José Cabral, quien lleva más de cinco años vendiendo papas y cebolla.

A siete años de ubicarse a orillas de la calle Juan Tomás Días a vender ajíes, tomates, ajo y verdura, Alonzo Cabral cuenta que trasladarse al mercado nuevo significaría una baja en las ventas que diariamente realiza, aunque valora positivamente la medida de la reubicación.
“Yo me iría porque allá estaría en un lugar limpio, sin mojarme y sin coger sol, pero está muy lejos; y sé que la gente cuando salga del supermercado no va a subir a Canastica a comprar, y ahí nos fuñimos nosotros”, agregó.
Ambos coinciden en que el lugar es además inseguro.
Josefa Arias, tiene un pequeño local donde vende ropa usada hace más de ocho años, explica que al momento en que las pasadas autoridades decidieron construir el nuevo mercado, no tomaron en cuenta la cantidad de personas que deberían ser trasladadas. Según cuenta, todos los mercaderes no caben en las nuevas instalaciones.
Julio César Días, gobernador de San Cristóbal, expresó a elDinero que al 85% de los mercaderes no se les asignó casillas dentro del mercado nuevo porque no todos caben.
Manifestó que la idea de la municipalidad de trasladar a los comerciantes es beneficiosa en todos los sentidos, aunque las carnicerías, farmacias, almacenes y tiendas establecidas en el Mercado Modelo donde opera actualmente la plaza de alimentos, no tienen por qué ser trasladados al nuevo local.
Ni una cosa ni otra
Los comerciantes consultados por elDinero manifestaron que en la gestión del exalcalde José Montás se debió hacer el traslado de los puestos hacia el mercado nuevo, pero la construcción se usó como estrategia de campaña política.
Coinciden en que el actual alcalde Raúl Mondesí les prometió que de ganar la sindicatura el 16 de mayo del 2010 no los trasladaría, sino que los organizaría e iba a mejorar las condiciones en que ofertaban sus productos a los consumidores, sin embargo, las promesas no se cumplieron.
Luego de que Mondesí ganó, a la mayoría de los comerciantes no se les asignó un puesto en el mega mercado porque muchos espacios fueron repartidos entre los políticos y posteriormente vendidos a precios de “vaca muerta”.
Aseguran que los precios de la venta de las casillas oscilaron entre RD$2,500 y RD$3,000.
El mercado Don Abelardo Liriano
De acuerdo con el informe de la comisión que inauguró el mercado, este tiene capacidad para ocho pabellones, oficinas administrativas, naves de frutos y vegetales, plaza para buhoneros, un muelle de descarga y un vertedero que cuenta con un sistema de recolección de aguas residuales y una incineradora de basura; además, un área de refrigeración, cisterna, filtros anaeróbicos e instalaciones sanitarias.
También, un amplio parqueo con capacidad para 100 camiones de manera simultánea, un local de vigilancia y energía eléctrica 24 horas, lo que garantizaría su operatividad para mantener en buen estado todos los productos que se pondrían en venta.