El mercado de valores dominicano ha avanzado en los últimos años, logrando fomentar la inclusión de nuevos actores e instrumentos, lo que refleja transparencia, madurez y estabilidad para enfrentar los riesgos inherentes a la actividad financiera.
En el mercado bursátil existen diferentes tipos de productos para las empresas financiarse o para invertir. Cada uno está representado por derechos que definen su precio, tiempo y rendimiento.
Las operaciones están expuestas a diversas contingencias que afectan al inversionista: riesgos de mercado, de liquidez, de crédito, operacionales, de documentación y legales, entre otros que impactan el rendimiento de las negociaciones.
En ese sentido, el desarrollo y buen funcionamiento de este medio de negociación de capitales depende de la confianza de los inversionistas que deberán escoger a través de cuál puesto de bolsa van a manejar su portafolio de inversiones o a colocar su dinero.
Las estadísticas del Depósito Centralizado de Valores (Cevaldom) indican que los inversionistas se han identificado con el sistema, colocando más recursos para la compra y venta de instrumentos.
Al cierre del 2019 los valores en custodia alcanzaron RD$1 billón 203,072 millones, monto superado en el año pasado con RD$444,452 millones para un aumento de 37%, al colocarse en RD$1 billón 647,524 millones.
¿Cuándo ocurre?
Dentro de los principales riesgos en el mercado de valores se encuentra el riesgo de contraparte, que es cuando la otra parte incumple con sus obligaciones estipuladas en el contrato.
Si una persona coloca dinero para invertir en uno de los instrumentos del mercado, el rendimiento líquido (en efectivo) que le deje esta operación lo debe respaldar la entidad que emite el producto. Para los nuevos inversionistas y empresarios, que han girado su interés hacia este mecanismo de financiación y ahorro, el riesgo de contrapartida podría ser su primer temor ante la pérdida de capital.
Sin embargo, invertir es cada vez más seguro gracias a las normativas y reglamentos que rigen a este sector económico encabezado por la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV).
“Invertir en el mercado de valores es como comprar en el supermercado (una parte vende y la otra compra). Existe una gran cantidad de marcas y mercancías según la necesidad del cliente”. Así define Claudio Guzmán, director de participantes en SIMV, el desenvolvimiento de las operaciones en el mercado bursátil.
Guzmán indicó que cuando se compran electrodomésticos u otro tipo de artículos existe la posibilidad de que al llegar a la casa el equipo no funcione correctamente, por lo que hay que volver a la tienda para reclamar un cambio o devolución, ya que no le sacaste provecho al artículo.
Explicó que los emisores son las empresas que buscan financiarse o crecer con la colocación de oferta pública en el mercado al emitir valores de deuda o de capital, por lo que son las que respaldan las inversiones (en el caso anterior es la empresa que colocó el electrodoméstico en la tienda).
Algunos de los factores que generan incumplimiento de contrato por parte del emisor son la falta de liquidez, volatilidad de las tasas, entre otros aspectos que involucran el desenvolvimiento económico a nivel internacional.
Intermediarios
Uno de los actores de mayor importancia en el mercado de valores son los puestos de bolsa, que no solo facilitan el acceso a los inversionistas en el engranaje de compra y venta de valores, sino que ofrecen la asesoría necesaria para la toma de decisiones de inversión.
Para el director de participantes de la SIMV, seleccionar un puesto de bolsa que acompañe al empresario en sus operaciones es uno de los pasos más importantes, ya que será su representante de negocios.
El proceso de acompañamiento de los corredores de bolsa junto a sus clientes comienza con la evaluación del mercado para seleccionar el producto que se ajuste a ese inversionista.
En el análisis de inversiones, por ejemplo en bonos privados, lo primero que un puesto de bolsa evalúa, como asesor, son las clasificaciones de riesgo otorgadas por las calificadoras autorizadas para esos fines.
Gian Paulino, del puesto de bolsa Alpha Inversiones, informó que el riesgo de contraparte es uno de los menos frecuentes en el sistema financiero dominicano, por la rigurosidad con la que se supervisan a los actores.
Detalló que dependiendo del tipo de producto se evalúa el riesgo en el mercado; por ejemplo, la compra de bonos directamente, fideicomiso, fondos de inversiones, entre otros que no tienen una renta fija o retorno específico y son los de mayor vulnerabilidad ante la variación de las tasas.
“El mercado está bien posicionado y parte del funcionamiento depende de los entes reguladores de las operaciones que se cierran a diario”, expresó el experto en mercados financieros.
Hipotecario
Existen diferentes vías para comenzar a invertir, como es la colocación de capital en productos destinados al financiamiento inmobiliario que garantiza tasa fija por un período establecido y garantía de retorno. El riesgo de contraparte en el mercado hipotecario no es más que la posibilidad de que el deudor del crédito hipotecario, es decir, la persona que quiere financiar la adquisición de su vivienda incumpla con sus compromisos de pago de cuotas.
Para Gustavo Zuluaga, subgerente general en la Asociación La Nacional de Ahorros y Préstamos (ALNAP), este tipo de riesgo es solo uno de los que enfrentan los inversionistas, pero las probabilidades de que ocurra la incapacidad de honrar el acuerdo son mínimas en el país.
Zuluaga, quien es experto en negocios financieros, destacó que una de las oportunidades que ofrecen los títulos de valores es que tienen una diversificación del riesgo, porque están sustentados con los créditos hipotecarios. Además, comentó que este tipo de inversión cuenta con un historial de vigencia de pago de “primera calidad” y con una calificación “A” dentro de su categoría, por lo que ese inmueble tiene una garantía real y una relación deuda-valor del inmueble.
El representante de la ALNAP calculó que “cuando el valor de la deuda (préstamo) es de casi un 60%, quiere decir que ya esa persona ha pagado el 40% del crédito y lo que vale el inmueble”.
Criterio de evaluación
La crisis provocada por el coronavirus no ha impedido que las entidades financieras agoten su proceso de evaluación de riesgo, tanto a empresas como a personas físicas. El sistema financiero trabaja con cautela en el criterio para medir la capacidad de pago, ya que es la “vara” que medirá el rendimiento del producto para el inversionista.
Para evaluar si una persona o empresa tiene capacidad de pago se toma en cuenta el núcleo familiar o empresarial, la historia crediticia y se calcula que el ingreso de las cuotas no supere el 25% del total del interés. Con eso se garantiza que las personas no incumplan con su responsabilidad. Los expertos en instrumentos de inversión coinciden en que la colocación en instrumentos del sector inmobiliario promueve una garantía de tasa fija, que son a largo plazo y se constituyen en un mitigante para el riesgo.
Coinciden en que en el mercado dominicano hay un conjunto de atenuantes que protegen al inversionista a la hora de tomar alguna decisión y que los participantes que se involucran en las negociaciones están capacitados para identificar los riesgos a largo plazo.
Ranking
En materia de fondos de inversión, República Dominicana ocupa el octavo lugar de diez países analizados por la Federación Iberoamericana de Fondos de Inversión (Fiafin).
Según las estimaciones de la Asociación Dominicana de Sociedades Administradoras de Fondos de Inversión (Adosafi), aunque el país no haya alcanzado la meta promedio de alcance de participantes en fondos, su crecimiento ha sido exponencial frente a otros países. Adosafi registró al cierre de enero de este año 24,637 aportantes o clientes de los fondos que se dedican en su mayoría a financiar proyectos. De ellos el 89% aporta en negociaciones abiertos y el 11% en cerrados.
Mayor alcance
Una de las dificultades para acceder al mercado de valores es el poco conocimiento que poseen las personas. La tecnología brinda múltiples opciones para crear mecanismos de acercamiento en procura de educar a la población.
Los puestos de bolsa se han posicionado por ofrecer la asesoría necesaria que necesita un cliente en la toma de decisiones para invertir en el mercado de valores, conocer las nuevas tendencias y los instrumentos financieros.
Una de las vías que garantiza mayor contacto con los nuevos inversionistas que manejan el lenguaje de la tecnología son las redes sociales.
Según la Bolsa de Valores de República Dominicana (BVRD), hay 17 puestos que son miembros de esta y la mayoría tiene portales web, pero muy poca presencia en las redes sociales.