Según el Banco Central de la República Dominicana, la economía del país creció, durante el mes de abril de este 2021, un extraordinario 47,1% con relación a igual mes del año anterior, medido a partir del índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
Este crecimiento, a juzgar por la misma fuente, tiene su explicación en el dinamismo que tuvieron determinados sectores productivos, entre los que se destaca la Construcción, con un robusto 566,9% de expansión; Hoteles, Bares y Restaurantes, que creció un importante 140,7%; Zonas Francas, con 82,6%, entre otros. Es obvio que, en el corto plazo, también veremos un sólido incremento del producto bruto interno real, lo que completaría un marco de recuperación económica post pandemia.
Sin tener una valoración de total aceptación con relación al nivel alcanzado por el IMAE en el cuarto mes de este año que transcurre, lo cierto es que el dinamismo económico se está sintiendo en todo el país, con una recuperación acelerada de los empleos que se habían perdido, y un aumento en las ventas de las Mipymes, sector que más sufrió los embates de la crisis sanitaria.
Sin embargo, ese dinamismo que ha mostrado la economía dominicana, ha desembocado en una agudización de la crisis sanitaria, con un rebrote inusitado en el número de contagios, así como un alarmante incremento en el nivel de ocupación de las unidades de cuidados intensivos en todo el sistema hospitalario.
En función de lo anterior, volvemos al dilema del punto de partida. Queremos la apertura económica de manera rápida y, en ese marco, se relajan las medidas restrictivas que se establecieron para controlar el virus; pero esto conduce nuevamente a la crisis sanitaria, por lo que, de nuevo, hay que ampliar el toque de queda, y con esto los negocios tendrán que cerrar más temprano, con la consecuente y automática disminución de las ventas e ingresos de estos establecimientos.
El problema es que, en República Dominicana, la necesidad de chercha supera las buenas prácticas en términos de manejo de la crisis sanitaria, pero también está por encima del buen juicio y de lo que afirman organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, de que no habrá recuperación total de las economías hasta que no se controle, de manera definitiva, la propagación del coronavirus. En ese contexto, las autoridades deben actuar con mayor firmeza frente a la demanda de apertura de la economía por parte de sectores que, tradicionalmente, solo se interesan por sus márgenes de utilidad, sin importarle lo que suceda con el resto de los mortales dominicanos.
El punto neurálgico aquí es que, hoy en día, el país presenta uno de los más elevados niveles de contagio del virus con relación al resto de América Latina y el Caribe, aunque nos digan que somos la nación que más ha crecido en términos económicos en este tramo de la pandemia. En ese contexto, no podemos afirmar que estamos en un período de post pandemia, pues el covid-19 aún vive entre nosotros, está activo y con nuevas cepas.
Aunque algunos no lo entiendan, con “teteo” por aquí y por allá no llegaremos muy lejos y, obviamente, no tendremos una recuperación económica como la que se aspira y apuesta. Es necesario tomar mucho más en serio la situación actual de aumento en la propagación de los contagios del coronavirus, cueste lo que cueste. Las autoridades gubernamentales y, en especial, están obligadas a tomar todas las medidas que sean necesarias pues, al final, los mismos que hoy quieren solo “teteo”, también se lo agradecerán.