La pérdida parcial de los cultivos representa una de las mayores preocupaciones de los productores agrícolas en el proceso de siembra y cosecha, pues esto afecta su competitividad en el mercado y tiene un impacto directo sobre la inversión que han realizado.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) estima que los agricultores suelen perder, en promedio, el 40% de su producción debido a enfermedades y plagas. A esta problemática se suman los cambios producto de las condiciones climáticas, hídricas y del suelo, una realidad que afecta a países tropicales de economías emergentes como República Dominicana.
Garantizar la sostenibilidad de las fincas del campo y de quienes las trabajan mejora las condiciones de vida de todos los que dependen de la cadena de valor de la agricultura para generar sus ingresos del día a día. Productos más saludables y frescos se traducen, además, en menores desperdicios de alimentos en los mercados y una mayor calidad a favor de los consumidores.
Esta es la tarea que ha asumido Agro360, un emprendimiento de impacto social que hace uso de la inteligencia artificial para predecir la aparición de enfermedades en los cultivos y monitorear, a su vez, las condiciones climáticas y medioambientales en tiempo real, con el fin de alertar a los agricultores para que realicen los ajustes necesarios en sus fincas y preserven sus plantaciones.
¿Cómo funciona?
“Lo que nosotros hacemos con Agro360 es que colocamos los conocimientos de un ingeniero agrónomo o los conocimientos de un ingeniero fitopatólogo dentro de un sistema que analiza las mismas condiciones como lo harían estos expertos con relación a estas enfermedades”, explicó el CEO y fundador del proyecto, Eddy Alvarado.
El proceso inicia con el despliegue de sensores ambientales HSW en los cultivos. Estos miden las condiciones generales de las plantaciones y alerta y predice el surgimiento de las enfermedades en tiempo real. Los sensores envían esta información al dispositivo UNO que funciona como estación de control del estado del tiempo, midiendo las condiciones de luz, presión atmosférica y humedad en el aire.
Los agricultores consultan el levantamiento de estos datos a través de un aplicativo tecnológico en sus celulares y tabletas, con un menú que dispone de un resumen del estado del cultivo, recomendaciones y consejos de acuerdo a las predicciones levantadas y un escáner integrado para que verifiquen el tipo de enfermedad que presenta el cultivo tomándole una foto.
Estos aparatos se conectan con sistemas accionadores que automatizan algunos procesos sin la intervención del agricultor. De esta forma, si los sensores detectan que una parte de cultivo necesita más irrigación, activa el sistema de riego en esa zona. En el caso contrario, la desactiva.
Agro360 identifica y previene la aparición de enfermedades como el mildiu y la phytophthora infestans o tizón tardío, dos afecciones que atacan al tomate y a otras variedades hortícolas como el pepino y la lechuga, así como de la enfermedad de la roya, que afecta los cultivos de arroz, sostuvo Alvarado, quien destacó que el proyecto espera ampliar su alcance con la inclusión de más enfermedades y el trabajo con otros alimentos.
Este start-up ya ha dejado sus frutos: 204 fincas piloto cuentan con los servicios de este emprendimiento, para un total de 857 tareas cultivadas y 315 familias impactadas en Azua, y La Vega.
Para el sector agrícola
La reducción de desperdicios, el incremento del aprovechamiento agrícola, la generación de empleo joven y el incentivo a productos más orgánicos destacan como algunos de los aportes que desde este emprendimiento se hacen al sector agrícola.
Alvarado estima que el uso de las tecnologías desarrolladas a través de Agro360 han aumentado en un 23% la productividad agrícola en las fincas pilotos que han monitoreado. Esta reducción de desperdicios causados por los productos dañados ha tenido un impacto adicional en el aprovechamiento agrícola, es decir, en la salida que tienen los productos en los mercados.
“En Latinoamérica, el 12% de todo lo que llega a los mercados se echa a perder por el aspecto que le dan las enfermedades le dan a los cultivos pos cosecha, con la aparición de manchitas negras y deformaciones”, señaló, agregando que la inocuidad de los alimentos deriva en ganancias entre un 48% y un 54% más altas para los comercializadores.
Uno de los mayores retos para la agricultura es el envejecimiento poblacional. La edad promedio de los agricultores de la región, de acuerdo a la FAO, es de 60 años. “Aquí es donde entra la figura del local partner, jóvenes de las mismas comunidades que nosotros entrenamos y certificamos para que asistan a los agricultores en la instalación de los sensores y en el monitoreo de su cultivo”. En estos momentos, 35 jóvenes han sido formados para trabajar desde sus localidades con Agro360.
La prevención de las enfermedades ha traído una reducción de hasta un 40% en el uso de agroquímicos, que por lo general representa la tercera parte de los costos incurridos por los productores, sumando como ventaja la obtención de productos inocuos más orgánicos.
Las aspiraciones de este proyecto en posicionarse como referente de sostenibilidad agroalimentaria a través de la innovación tecnológica en el país y en la región ha merecido múltiples reconocimientos y galardones nacionales e internacionales.
Entre los más recientes destacó la inclusión del nombre de Eddy Alvarado, en 2020, en la lista de los “35 innovadores menores de 35 años” por el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). La revista Forbes también lo reconoció como uno de los 30 emprendedores de menos de 30 años en América Latina por el trabajo realizado.
Servicios
¿Cómo pueden los agricultores llegar hasta estos servicios? El titular de Agro360 explicó que este es un emprendimiento de tipo social y que, en términos del ciclo de negocios, se encuentra en fase de validación y escalamiento del impacto social.
“Dicho esto, las tecnologías que nosotros desarrollamos llegan a los agricultores a través de un modelo de suscripción. Los agricultores, dependiendo del tamaño de sus cultivos, pagan una mensualidad subsidiada al valor mínimo”, explicó el emprendedor.