Hay quienes piensan que el Gobierno procura una reforma fiscal para detener el endeudamiento público, lo cual es una creencia errada, pues la iniciativa tienden a acomodar el camino para futuras deudas.
El tema está en que, con una reforma fiscal, se envía una señal positiva a los acreedores internacionales y a las firmas calificadoras de riesgo, que le darían al país un mejor posicionamiento. Si la calificación crediticia internacional del país mejora, por una reforma fiscal que da señal de capacidad recaudatoria del Estado, entonces es más fácil acceder a endeudamiento, con la ventaja de tasas de interés más bajas.
Lo otro es que las necesidades de deuda se mantienen. Por ejemplo, una eventual reforma fiscal puede que mejore los ingresos en RD$100,000 millones adicionales. Pero solamente para el próximo año, el Gobierno debe buscar prestados RD$284,000 millones. Hay que endeudarse, aun con el aporte de una reforma fiscal.