La propuesta de reforma fiscal está en la palestra pública, y no es para menos, debido a su alto impacto tanto para los sectores productivos como los contribuyentes. Como parte de la citada reforma fiscal, se menciona la posibilidad de la aprobación de una Ley de Responsabilidad Fiscal, la cual sería parte de un pacto para tratar tanto los aspectos de ingresos (impuestos) como el gasto público.
Es indiscutible que la necesidad de un pacto para lograr una reforma fiscal equilibrada y que contribuya al desarrollo de la República Dominicana, la cual no debe estar enfocada únicamente en aumentar los ingresos, sino de fomentar las bases para el continuado crecimiento económico del país. Es en este contexto que surge la idea de una Ley de Responsabilidad Fiscal, para asegurar que los ingresos percibidos por el Estado sean debidamente canalizados para los fines legítimos.
Uno de los planteamientos que se pretende incluir en la Ley de Responsabilidad Fiscal es un tope o límite al endeudamiento público, el cual fijaría un monto máximo a la deuda pública, que solo podría ser aumentado mediante una aprobación del Congreso Nacional. Aunque esto pudiera parecer como algo positivo, en nuestro criterio, por varias razones, entendemos que no es conveniente.
La experiencia de otros países que han fijado topes a la deuda pública ha sido negativo. En Estados Unidos, en la actualidad se ha suscitado una crisis política y económica debido a la necesidad de aumentar el límite, o por el contrario, el país entrará en un estado de cesación de pagos. La razón de esto es que el proceso de aumento del límite de la deuda se ha tornado en un asunto netamente político, en vez de manejarse como un tema económico.
Por igual, otro aspecto a considerar es que una vez se ha aprobado un gasto por el Congreso Nacional, el pago del mismo vía ingresos ordinarios (impuestos) o vía captaciones de endeudamiento público es irrelevante. Es decir, el Congreso Nacional debería ejercer una labor de fiscalización previa, y asegurar que cualquier proyecto de gasto que se presente ya cuente con las fuentes de financiamiento necesario.
La responsabilidad fiscal debe centrarse en mejorar la calidad del gasto y de asegurar que sean debidamente presupuestados. Cuando se introducen aspectos que aumentan la incidencia política en el proceso -como lo fuera un tope del endeudamiento- la posibilidad de que se creen situaciones insostenibles, como lo ocurrido en Estados Unidos, es un elemento de inestabilidad que no fomenta el desarrollo del país.
Aunque pudiera parecer atractivo fijar un monto máximo de la deuda pública, que realmente no lo sería, pues el mismo podría ser aumentado en cualquier momento por el Congreso Nacional, como forma de disminuir el crecimiento del endeudamiento, lo que corresponde es una mejor fiscalización del gasto público.
En vez de limitar el crecimiento de la deuda, nos debemos enfocar en una reforma fiscal integral acompañada de mayor escrutinio del gasto para, de esta forma, evitar la necesidad de recurrir al endeudamiento para financiar las necesitadas inversiones públicas.