Las principales economías del mundo se encuentran inmersa en un proceso de revisión de sus esquemas impositivos y la razón apunta a una sola razón: los efectos de la pandemia del coronavirus sobre las finanzas públicas.
Estados Unidos, por citar un caso, está mirando hacia algunos productos no esenciales y que son consumidos por placer o por vicio, como es el caso del tabaco. Ya hay propuestas que cursan en el Congreso y, como era de esperar, hay detractores, especialmente aquellos que entienden que hay que cuidar el empleo.
Arabia Saudita, otro caso más lejos y quizá fuera de los radares de la opinión pública internacional, subió el IVA (Impuesto al valor agregado) a 15% desde mediados del año pasado, algo que tiene dos justificaciones: el impacto de la pandemia, pues también debió ir en auxilio de las pequeñas y medianas empresas y el empleo, y porque el petróleo es la única fuente que sostiene las finanzas públicas, por lo menos en más de un 90%.
La revisión impositiva, o por lo menos propuestas para hacerlo, están presentando en Chile, Perú, Brasil, México, Colombia y algunas naciones europeas, como Italia y Reino Unido, éste último con una propuesta de elevar al 25% el impuesto de sociedades para grandes empresas.
Las multinacionales, de su lado, tampoco parece que no se escaparán. Un total de 139 países negocian en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) una revisión del marco impositivo global que busca evitar que las grandes empresas eludan impuestos al trasladar sus ganancias a países con tasas más bajas.
Según los reportes de prensa, el grupo de las siete economías más desarrolladas del mundo (G7) apoyó la propuesta y la Unión Europea también se mostró a favor, mientras que el G20 lo tiene en agenda para estos días. El plan es poner estas propuestas en marcha a partir de 2023.
Como se ve, República Dominicana sólo estaría montada en la ola global de revisión de su sistema impositiva, si es que finalmente toma la decisión de hacerlo.