Esto lo leí en Tax Justice Network y debo ponerlo tal cual: La clasificación de paraísos fiscales muestra que los países que establecen las normas fiscales mundiales hacen lo posible para ayudar a las empresas a ignorarlas. Además, que el mundo pierde más de US$400 mil millones en impuestos cada año debido al abuso fiscal internacional.
Según el Índice de Paraísos Fiscales Corporativos 2021, un grupo de países ricos que determina las normas mundiales sobre fiscalidad corporativa es responsable de más de dos tercios del abuso fiscal corporativo mundial. Lo enmarca en una clasificación de los países más cómplices en ayudar a las empresas multinacionales a pagar menos impuestos de lo que se espera que paguen.
El índice recoge las formas en las que las normas sobre fiscalidad corporativa mundial, establecidas por la OCDE, no lograron detectar y prevenir el fraude fiscal corporativo facilitado por los propios países miembros de la organización. Lo he dicho en otros escenarios: las empresas offshore, es decir, aquellas que se establecen en un territorio diferente a la residencia de sus titulares, no son malas, negativas o pecaminosas en sí. De hecho, la forma en que se hace negocios en la actualidad obliga a las multinacionales (y posiblemente a todas las que deseen expandirse) a abrir filiales o empresas en mercados que faciliten transferencias para las diversas transacciones relacionadas con la actividad productiva.
En todo caso, no son las empresas las malas. Lo negativo y pernicioso es lo que se hace con ellas. Es posible (y sí que lo es) que haya empresas constituidas en paraísos fiscales que sirven para desviar ganancias o evitar el pago de impuestos en los países de origen de sus titulares. Sin embargo, no debemos ver todo el escenario con un solo cristal. La evasión de impuestos no es un fenómeno que compete sólo a las offshore.
¿A caso no se evade en República Dominicana alrededor del 43% del impuesto a la transferencia de bienes industrializados (ITBIS) y más del 60% del impuesto sobre la renta (ISR)? ¿Qué dicen las estadísticas respecto a la evasión del impuesto a la propiedad inmobiliaria (IPI)? Señores, no nos dejemos tomar el pelo (y yo no tengo) con estos cuentos de camino. Los gobiernos están obligados a frenar la evasión si quieren lograr que el desarrollo humano sea una realidad. Ningún Estado estará en condiciones o capacidad de atender las demandas sociales de su población si no cuenta con los recursos necesarios.
Ahora que estamos en el proceso de discusión de una reforma tributaria, aunque sería bueno elevar el tema al nivel de pacto fiscal, sería prudente plantearnos dos cuestiones: atacar la informalidad para acabar con la evasión. Según Tax Justice Network, los principales economistas y activistas de todo el mundo exigen que las normas fiscales de la OCDE sean reemplazadas por un proceso más sólido e inclusivo a nivel mundial en las Naciones Unidas. Aunque nosotros no somos parte de esta organización, sí hemos adoptado otras sugerencias suyas. Hagamos un ejercicio a ver qué pasa.