El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande anunció este jueves la venta de su participación en la plataforma de ‘streaming’ (emisiones en directo) Hengten por 2,128 millones de dólares de Hong Kong (US$273 millones, €241 millones).
En un comunicado remitido a la Bolsa de Hong Kong, donde cotiza, el grupo explica que ha vendido a Allied Resources Investment Holdings -propiedad del inversor Li Shao Yu- todas sus acciones de Hengten, equivalente al 18% de los títulos de la compañía, con un descuento del 24.3% con respecto al último precio de cierre.
Evergrande asegura que los fondos recaudados con la operación “podrían ayudar a mejorar los problemas de liquidez” que atraviesa a la hora de hacer frente a un pasivo que supera los US$300,000 millones, de los que unos US$37,000 millones corresponden a deudas por pagar antes del final del primer semestre de 2022.
Sin embargo, pese a la inyección de capital -el 20% del total, en los próximos cinco días, y el resto, a lo largo de los dos meses siguientes-, la operación supone una pérdida de 8,500 millones de dólares de Hong Kong (US$1,091 millones, €964 millones) al tener en cuenta el valor contable que tenían a finales de junio las acciones traspasadas.
Pasadas las 13:00 hora local (05.00 GMT), las acciones de Evergrande bajaban un 2.5%, mientras que las de Hengten, al que algunos medios consideran el equivalente chino de Netflix, subían nada menos que un 24.26%.
Hasta el momento, el conglomerado no había tenido gran éxito en sus planes de vender activos para conseguir fondos, y tan solo había logrado traspasar el 20% del banco regional Shengjing Bank a un grupo de propiedad estatal por unos US$1,545 millones.
Otras negociaciones han acabado encallando, como la ruptura de la venta del 50.1% de su filial de gestión inmobiliaria, Evergrande Property Services, a la promotora Hopson Development por unos US$2,580 millones.
En las últimas semanas Evergrande se ha situado varias veces al borde del impago de sus bonos ‘offshore’, entrando en prórrogas para abonar las cantidades adeudadas a sus inversores tras no hacerlo en la fecha acordada, aunque por el momento no ha incumplido de manera definitiva ninguna de sus obligaciones.
Su fundador y presidente, Xu Jiayin, habría inyectado el equivalente a casi US$1,100 millones tras vender activos personales o participaciones, según la prensa local, que asegura que el que fuera hace solo cuatro años hombre más rico de China sigue intentando conseguir financiación “para mantener a Evergrande con vida”.
Xu habría insistido en que la prioridad es reactivar la financiación de los trabajos de construcción de sus promociones inmobiliarias, ya que, según las estimaciones de los analistas, el grupo tiene 1.3 millones de viviendas vendidas sobre plano; el diario digital privado Caixin cifra en 49 millones de metros cuadrados las obras que Evergrande tiene paralizadas debido a sus problemas financieros.
Las autoridades chinas ya han indicado que la prioridad es que tanto Evergrande como otras promotoras en apuros terminen de construir los proyectos que tienen paralizados por falta de fondos, en parte debido a las restricciones a la financiación que Pekín impone desde el año pasado a las inmobiliarias más endeudadas.