El 2021 fue un año de recuperación económica que se caracterizó por ofrecer al Estado resultados más positivos de los que originalmente se había propuesto el Gobierno.
La economía creció más de lo esperado, los aumentos de precios de tradujeron en incrementos históricos en las recaudaciones fiscales, mientras la estabilidad social y política garantizó la atracción de inversión extranjera, que junto a las remesas, equilibraron la balanza de pagos. La idea es que este año el proceso de recuperación continúe consolidándose.
Sin embargo, algunos desafíos parece que pueden causar dificultades, en caso de no manejarse de forma adecuada y oportuna. Las alzas de precios internacionales del petróleo y de materias primas, combinadas con un gobierno que ya no es nuevo, por lo que los reclamos sociales tienden a aumentar, son un reto para el presidente Abinader, quien hasta ahora gozaba de una prolongada “luna de miel”. Esperemos.