La industria cinematográfica dominicana ha demostrado ser uno de los sectores más dinámicos y diversos, donde convergen un sinnúmero de servicios que permiten una mayor creación de riquezas.
Debido a la importancia de esta industria se crea la Dirección General de Cine (DGCine), que para este año tiene asignado un presupuesto de RD$135.6 millones para el desarrollo de la actividad cinematográfica en el territorio nacional. De este monto, RD$5.3 millones son utilizados para posicionar al país como un destino atractivo para las producciones extranjeras.
Según la directora de DGCine, Marianna Vargas, la entidad trabaja con el presupuesto que le fue asignado, priorizando los recursos sobre una base de planificación que divide los fondos en tres pilares: capital humano, incentivos a la institucionalidad, infraestructura y locaciones.
Así lo evidencia el informe del presupuesto para 2022, que registra que el 39.3% del monto total es utilizado en el capital humano, es decir, RD$53.3 millones para el pago de remuneraciones y contribuciones. La contratación de servicios suma RD$45.2 millones (33.3%) y RD$22.3 millones (16.4%) las transferencias corrientes. Mientras que materiales y suministros registran RD$8.7 millones y bienes muebles, inmuebles e intangibles RD$5.9 millones, siendo las partidas de menor ponderación del presupuesto.
El informe de “Resultados de la Ley 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica durante 2010-2019”, indica que este sector representa el 0.02% del producto interno bruto (PIB) en gasto tributario del Impuesto Sobre la Renta (ISR) Corporativo. Esto equivale a RD$904.3 millones en 2019.
Ganancias
Entre el 2011-2019, la institución cultural indica que esta industria aportó RD$10,141.6 millones a la economía dominicana, siendo un sector que está en constante crecimiento.
La ley 108-10 establece un crédito fiscal equivalente de un 25% del monto total de los gastos que estén relacionados con las etapas de preproducción, rodaje, postproducción de las películas filmadas en el país.
Durante ese período, RD$8,192.0 millones fueron de inversión local amparados por el artículo 34, que establece incentivos a los productores dominicanos para la inversión en el cine nacional. Mientras que RD$1,102.9 millones fueron por créditos emitidos por el artículo 39, que indica incentivos para productores extranjeros.
Pandemia
El covid-19 produjo inestabilidad en los sectores productivos, los cuales tuvieron que paralizar operaciones para evitar los contagios masivos. Sin embargo, la industria cinematográfica “logró” continuar los rodajes y aumentar las producciones extranjeras durante 2020.
Así lo indicó la ejecutiva, quien explicó que la industria local continuó con el rodaje de producciones locales e internacionales, con el apoyo de instituciones gubernamentales y empresas privadas que aseguraron el crecimiento de este sector.
Antes de 2019, la inversión extranjera oscilaba entre US$25 millones y US$35 millones, monto que cambió con la llegada del covid-19 a República Dominicana. Según Vargas, “la pandemia fue lo mejor que nos pasó, a nivel de industria cinematográfica… nosotros creamos una especie de tormenta perfecta para impulsar esta actividad”.
Explicó que el país cuenta con las locaciones e infraestructuras necesarias, además del incentivo al fomento de esta industria y el capital humano capacitado para dar respuesta a la demanda de las producciones audiovisuales. “Estos (factores) atrajeron a producciones extranjeras que buscaban un espacio seguro para rodar las filmaciones” afirmó.
Resaltó que la institución realizó un esquema de vacunación que inoculó al equipo de las filmaciones cinematográficas, lo que “generó las condiciones perfectas para mantener seguras a las producciones extranjeras, resultando atractivos para el mercado global”.
Para Vargas, esas condiciones permitieron que la industria del cine en República Dominicana pasara de manejar un presupuesto de US$25 millones en 2019 a US$230 millones en 2021, o sea, un crecimiento de más del 100% entre ambos períodos. “No volveremos a los niveles de prepandemia (2019), nosotros excedemos la prepandemia”, afirmó la ejecutiva.
Dinamización
El séptimo arte es entretenimiento, cultura y diversión. Es una industria compleja que mueve millones e integra múltiples sectores que apuestan por su desarrollo socioeconómico. “La consolidación de que República Dominicana es un destino fílmico se evidencia en la dinamización de la economía”, expresa Vargas.
Explica que con la demanda de producciones extranjeras se desarrolla una economía naranja entre los proveedores locales, la inversión extranjera y las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que son actores partícipes en la filmación de un audiovisual proveyendo servicios como alimentos, bebidas o tráileres.
Para la directora de la DGCine, Marianna Vargas, las mipymes se han visto beneficiadas con el desarrollo de el crecimiento y desarrollo de la industria cinematográfica en el país. “Muchos de estos negocios son exclusivamente para proveer servicios al cine y se ven beneficiados por el flujo que estamos recibiendo de las producciones internacionales, además de las nacionales”, agregó.
Proyecciones
China, India y Estados Unidos son los grandes mercados cinematográficos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el sector de la cultura representa el 6.1% de la economía global, genera US$2,000 millones de ingresos anuales y 30 millones de empleos a nivel mundial.
La industria cinematográfica nacional cada vez despierta mayor interés de inversionistas, así lo asegura la directora de la DGCine, Marianna Vargas, quien “espera” que el 2022 sea similar al 2021 en términos del gasto extranjero ejecutado en República Dominicana.
Indicó que las estimaciones por esta partida rondan los US$195 millones, cifra que “espera” que sobrepase al cierre del año 2022.
La directora de DGCine reveló que, actualmente, hay cuatro producciones que suman RD$2,000 millones en presupuesto extranjero filmándose en el país, factor que contribuye a la dinamización económica, social y turística de las zonas impactadas por las etapas de producción de un audiovisual.