El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) cerró mayo con dos noticias de gran impacto: un crecimiento de la economía de 4.7% en abril, un ritmo que va acorde a las expectativas de las autoridades, y una brusca subida de la tasa de política monetaria (TPM) de 5.50% a 6.50% anual, es decir, 100 puntos básicos.
Según la entidad monetaria, esta decisión se basa en una evaluación exhaustiva del comportamiento reciente de la economía mundial y su impacto sobre la inflación, influenciada por los recientes conflictos geopolíticos y el choque de costos global. Sin duda, el comportamiento de las principales variables económicas reta a las autoridades a tomar medidas proactivas y asertivas, toda vez que el escenario internacional se muestra aún colmado de incertidumbre.
De hecho, el Banco Central destaca que la dinámica de los precios ha estado afectada por factores externos más persistentes de lo previsto, asociado al notable incremento en los valores del petróleo y de otras materias primas importantes para la producción local, así como los elevados costos del transporte internacional de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros. En adición a estos componentes externos, destaca, los ajustes en las tarifas de servicios privados y públicos domésticos han estado incidiendo en la tendencia al alza de la inflación durante los últimos meses.
Lo que pueda suceder con la inflación en lo que resta de este año, a juzgar por el proceder de las autoridades monetarias desde noviembre de 2021, sigue siendo preocupante. De hecho, la tasa de política está 200 puntos por encima de como estaba antes de la pandemia, justo un mes antes de cuando hubo una reducción brusca de 100 puntos básicos, de 4.5% a 3.5% anual. La economía, que aún parece presentar una posición de cierta holgura para tomar estas decisiones, viene desacelerando su crecimiento al pasar de 6.3% en enero, 5.8% en febrero, 6.4% en marzo y 4.7% en abril.
La variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) en abril fue de 0.96%, mientras que la inflación interanual, es decir, en los últimos 12 meses, se ubicó en 9.64%. Estos dos datos, por supuesto, son un indicativo que justifica la decisión de las autoridades monetarias sobre la TPM.
Sólo resta esperar que este proceso de normalización monetaria evite riesgos de sobrecalentamiento de la economía que profundicen las presiones inflacionarias de origen exógeno, así como un deterioro del diferencial con respecto a las tasas de interés externas que pueda provocar volatilidad en el flujo de capitales.