Serían diversas las explicaciones que justifican el hecho de que a Orlando Jorge Mera la sociedad dominicana siempre lo vio como aquel adolescente, muy bien educado, moderado y comportado, hijo del presidente Salvador Jorge Blanco y doña Asela Mera, quienes junto su hija Dilia Leticia, formaban la familia presidencial del período 1982-1986.
Desde entonces, a Orlando le llamaban Orlandito y, aunque ya tenía casi 56 años de edad, la sociedad siempre lo percibió como el “muchacho” de buen trato y decente que se destacaba como profesional del Derecho y político, además de empresario apícola.
Su muerte ha causado un pesar general en el pueblo dominicano, no solo por el hecho mismo y la forma, sino, además, poque siempre estará en los corazones de la población, especialmente la que le conoció y siguió desde su adolescencia, siempre visto como si no hubiera crecido y siguiera siendo el joven hijo de la sociedad: Orlandito.