El Banco Central no tiene manos, pero el lenguaje figurado permite utilizar la frase de que realmente “no le tiemblan las manos” cuando de atender sus cartones se trata. El control de la inflación es su razón de existencia y lo está logrando al costo que sea.
Si bien durante 2020 el objetivo era garantizar el crecimiento a como diera lugar, con la consecuencia que ello traería en términos de inflación, ahora el objetivo es diferente. Hay que frenar la escalada de precios como consecuencia de las medidas del peor momento de la pandemia.
Por suerte, y es de justicia reconocerlo, el crecimiento del PIB ha estado en la ruta correcta. Ha sido posible frenar el consumo o demanda interna sin afectar significativamente la expansión de la economía. Es un juego de balanza. Por un lado hay que frenar el consumo, pero sin perjudicar la meta de crecimiento. Juego de la economía.