Nueva vez el tema educativo en República Dominicana es centro de debate; en esta ocasión es alrededor del proyecto de Presupuesto Complementario sometido por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional, en donde se planteaba una reducción del monto actual que está consignado.
Según la propuesta, la idea era reducir RD$4,250 millones al Ministerio de Educación (Minerd) para pasarlo a otras entidades gubernamentales que tienen necesidades de recursos.
Los argumentos en contra de esa disminución de recursos no se han hecho esperar, siendo el primero de estos el de que, si se aprueba esta propuesta, se estaría violando la Constitución de la República y, al mismo tiempo, la Ley General de Educación 66-97, que establece en su Artículo 197 que el gasto público anual en ese sector tendrá un “mínimo de un 16% del gasto público total o un 4% del producto interno bruto (PIB) estimado para el año corriente, escogiéndose el que fuere mayor de los dos”.
Después de años sin que ningún mandatario cumpliera ese mandato, en el 2013 se tomó la decisión de asignarle a la educación preuniversitaria el monto previsto, marcando un hito en el sector educativo. Esta decisión fue antecedida por un largo y amplio proceso de lucha de diferentes organizaciones de la sociedad.
Sin embargo, para llegar a una conclusión que pudiera ser juiciosamente valedera sobre esta cuestión, hay que ir a la fuente de los datos. En efecto, para el año 2022 se le asignó al Minerd un poco más de RD$231,000 millones, lo que representó un 20.9% del gasto total consolidado del Estado dominicano. Al mes de julio, la ejecución presupuestaria era de un 50.2%, la cual resulta relativamente baja si se toma en consideración que el periodo escolar terminó y se realizaron las inversiones necesarias.
Pero cuando se hurga aún más en la ejecución presupuestaria del referido ministerio, se observa que, por ejemplo, la partida de “Obras en Edificaciones” solo ha ejecutado un 20.1% de lo asignado, en tanto que “Bienes Muebles e Inmuebles” tiene ejecutado, también al mes de julio, un 39%. Un dato curioso es que la partida “Compra de Equipo Instrumental, Científico y Laboratorio” tiene una asignación de RD$175 millones, con apenas RD$4 millones ejecutados.
Cuando los datos hablan, las conclusiones pueden ser fáciles, y aquí se pueden evidenciar varias: 1) la asignación presupuestaria del Minerd puede estar siendo más alta que su capacidad de ejecución; 2) Existen cuellos de botella que hacen que la burocracia interna sea pesada y no se tomen las decisiones de inversión a una mayor velocidad; 3) Los procesos y procedimientos son demasiados y hay mucha gente involucrada en decisiones que pudieran ser más sencillas, y 4) la gestión integral (técnica, administrativa y financiera) del ministerio ha estado supeditada a la gestión partidaria.
Por último, todos sabemos que República Dominicana es un país pobre, con una gran deuda social, recursos escasos y necesidades ilimitadas, por lo que la distribución del dinero tiene que ser cada vez más eficiente, atendiendo a prioridades y capacidad de gestión.
Reducirle RD$4,250 millones al Ministerio de Educación no va a cambiar nada, ni reducirá más la calidad de la educación. Otra cosa, este monto representa apenas un 1.8% del total asignado al Minerd para 2022. Lo que si hay que garantizar es que estos recursos vayan a donde se necesitan y no a donde lo indique determinada decisión y prioridad política.