El mercado eléctrico dominicano ha dado pasos importantes en cuanto a la oferta de energía. Hasta aquí todo está bien. Los generadores producen electricidad que mantiene “más o menos” suplida la demanda interna.
El problema está en la comercialización, que está bajo la responsabilidad exclusiva de las empresas distribuidoras de electricidad. Hay ineficiencia en el servicio hacia al cliente. Muchas veces no hay atención diligente, lo que motiva un desencanto generalizado de parte de la población.
La calidad del servicio no sólo depende la cantidad de electricidad. También tiene que ver con la atención que recibe el cliente cuando se dirige a una oficina a presentar algún reclamo, por insignificante que parezca.
Hay dificultades hasta para pagar, formalizar un contrato y para pedir revisión de factura. Falta atención.