El número de personas que padecen de hambre en América Latina y el Caribe (ALC) pasó de 43.3 millones en 2019 a 56.5 millones en 2021, lo que indica un aumento de 30.4% y que alrededor de 13.2 millones de individuos nuevos se sumaron a esta condición socioeconómica, de acuerdo al “Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional 2022” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ese crecimiento alcanzó una prevalencia del 7.9% en América del Sur, cerca de un 8.5% en Mesoamérica y 16.4% en el Caribe. Esta situación también fue afectada por el impacto de la pandemia causada por el covid-19. Los países más preocupantes son Haití, Honduras, El Salvador y Nicaragua, indica el estudio.
Con respecto a la inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021, el 40.6% de la población regional experimentó esta situación, en comparación a un 29.3% de la población a nivel mundial. En tanto, la inseguridad alimentaria severa fue más frecuente en la región con un 14.2% que en el mundo, el cual reportó 11.7%.
Asimismo, se registra un incremento respecto a la prevalencia de la desnutrición crónica en niños menores de cinco años. En 2020, esta cifra fue del 11.3%, aproximadamente 10 puntos porcentuales por debajo del promedio mundial. Sin embargo, Alrededor de “3.9 millones de niños y niñas de hasta 5 años padecen sobrepeso”, señala la ONU.
Costear alimentación
El nuevo informe revela que en la región hay una población que no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable. En la parte del Caribe, un 52% de los individuos son afectados por esta situación. Mientras, en Mesoamérica, este número alcanza el 27.8% y en América del Sur el 18.4%.
Alrededor de 131.3 millones de personas en este hemisferio no tuvieron los recursos para costear una dieta saludable en 2020. Esto representa un aumento de ocho millones con respecto al 2019, y se debe al mayor costo diario promedio en la región, llegando al Caribe a un valor de US$4.2, seguido de América del Sur (US$3.6) y Mesoamérica (US$3.4).
La falta de acceso económico o el acceso a una dieta saludable observada en toda la región también está asociada a diferentes indicadores socioeconómicos y nutricionales. El informe presenta una clara relación con variables como el nivel de ingresos de un país, la incidencia de la pobreza y el nivel de desigualdad.
También, se reveló que el aumento de precios internacionales de alimentos experimentado desde 2020, especialmente después del inicio del conflicto en Ucrania, y el alza en la inflación alimentaria, han incrementado las dificultades para que las personas puedan acceder a una dieta saludable.