Los generadores de dinero ilícito se mantienen en constante búsqueda de mecanismo para “limpiar” los recursos que obtienen, a los fines de poder legitimar su uso. Por eso existen las legislaciones contra el lavado de activos, para evitar que dinero obtenido de forma ilegal, entre al sistema legal.
El problema es que la detección de esos procesos es difícil, más si se considera que, generalmente, los lavadores de dinero de origen dudoso se aseguran de ser puntuales y efectivos en el pago de las obligaciones tributarias establecidas en las zonas donde operan.
En otras palabras: los lavadores de activos son fieles pagadores de impuestos. Esto, para no despertar sospechas. Sin embargo, aunque es difícil, la lucha contra este flagelo debe ser constante por parte de las autoridades, aun cuando se observan momentos en que las propias autoridades, de aquí y de otras naciones, parecen darle larga a ciertas acciones en esa rama, a los fines de captar recursos, y luego actúan.