Cotuí, el municipio cabecera de la provincia Sánchez Ramírez, tendrá dos universidades. Es una buena noticia. De eso no hay duda. La educación siempre será la base del desarrollo de los pueblos.
En esta provincia funciona, desde 1982, la estatal Universidad Tecnológica del Cibao Oriental (Uteco). Antes era instituto, pero desde 2014, mediante la Ley 236-14, cambió a universidad. Su matrícula vigente es de alrededor de 7,000 estudiantes.
Cotuí tendrá otra universidad estatal, como es Uteco. En julio de 2022, el presidente Luis Abinader entregó una primera partida de RD$983 millones para iniciar los trabajos de construcción del nuevo recinto de la Universidad Autónoma Santo Domingo (UASD) en este municipio.
Además de aproximadamente una década y media de reclamo, el estudio de factibilidad para construir la nueva sede de la UASD se sustenta en que entre 3,500 y 5,000 estudiantes se desplazan desde Sánchez Ramírez hasta San Francisco de Macorís para recibir la formación universitaria.
Habría que preguntarse si realmente se hizo algún estudio de factibilidad para la construcción de la UASD-Cotuí. ¿Cuál es el presupuesto total? La respuesta no está disponible y se debe, fundamentalmente, a que es un proyecto que, probablemente, responde más a la reacción del populismo ante el reclamo social de una población que entiende que merece todo (y así es), aunque de por medio salga sacrificada la lógica de una decisión tan transcendental desde el punto de vista financiero.
El Estado dominicano tiene la obligación de garantizar el acceso a la educación. Sin embargo, la UASD tiene 18 centros distribuidos en todo el país. Próximos a Cotuí están Bonao, La Vega y San Francisco de Macorís.
Desde 2013 funciona en Cotuí una especie de extensión del recinto UASD-San Francisco de Macorís. Fue puesto en funcionamiento por el extinto rector Mateo Aquino Febrillet. El año pasado, cuando el presidente Abinader entregó los recursos, dijo lo siguiente con relación a la cantidad de estudiantes que viajan a la UASD-San Francisco de Macorís: “Solamente con ese dato, no teníamos que hacer ningún otro estudio de factibilidad, tanto social como en términos de la conveniencia”.
Sin duda, la materialización de este proyecto es un logro que deben celebrar los miembros de la Asociación de Estudiantes Universitarios de Cotuí (Aseuco), los del Comité Pro Extensión de la UASD en Cotuí y los hacedores de opinión pública, entre otros.
Ahora bien, siendo lo suficientemente sesudos, reflexivos, sensatos y sin apasionamientos, cabría la siguiente pregunta: ¿Por qué el Estado no decidió fortalecer a Uteco, que ya está en Cotuí, es estatal, tiene prestigio, posee las instalaciones y espacios suficientes para acoger una mayor oferta académica en vez de multiplicar la UASD sin ni siquiera un estudio de factibilidad? Luego veremos a los mismos profesores de Uteco en las aulas de la UASD-Cotuí, lo que será una duplicidad de gasto y deficiente utilización del tiempo y las capacidades. ¿O no?