República Dominicana vive (padece) un estado de incertidumbre por la inseguridad ciudadana. Las razones son multicausales, por supuesto, pero en lo que se resuelven las causas, que no es algo a corto plazo, hay que tomar medidas urgentes para frenar o minimizar los actos en los que ciudadanos son afectados todos los días, en algunos casos con pérdidas de vidas.
El Estado jamás puede renunciar a su autoridad ante la delincuencia. Hay que admitir que hay un problema para enfrentarlo. De hecho, la presente gestión tiene muchas cosas positivas que mostrar, pero en cuando la inseguridad en las calles el reto es muy grande.
Impulsar un ambiente seguro y tranquilo ofrece la posibilidad de que los ciudadanos sean más productivos, pues dejan de lado la incertidumbre que tanto afecta el nivel de concentración. Frenar la inseguridad es algo de ahora, pero ya.