La matemática dice que, bajo las condiciones y comportamiento actual de la economía, es imposible alcanzar la meta de crecimiento de 3.0% planteada por las autoridades para este año. Luego de aspirar a una expansión del PIB de un 4.5% y revisar las proyecciones hasta el 4.0% ante un entorno que presagiaba resultados diferentes a lo esperado, fue necesario llegar a un 3.0% en agosto.
Hoy, a sólo tres meses de finalizar el año, resulta cuesta arriba pensar que República Dominicana alcanzará un crecimiento que supere el 2.5%. Economistas refutados así lo han asegurado.
Una cosa es el deseo o aspiración de crecer en torno al promedio del 5.0% en que lo venía haciendo la economía, otro es el escenario que presenta la realidad. Ya lo han dicho los organismos internacionales: El pronóstico de base es que el crecimiento mundial se modere de 3.5% en 2022 a 3.0% en 2023 y 2.9% en 2024, muy por debajo del promedio histórico (2000–19) de 3.8%.
Se prevé que, en las economías avanzadas, la desaceleración sea de 2.6% en 2022 a 1.5% en 2023 y 1.4% en 2024, conforme el endurecimiento de las políticas empiece a surtir efecto.
Para las economías de mercados emergentes y en desarrollo tampoco es menos difícil, pues se proyecta una disminución moderada de 4.1% en 2022 a 4.0% en 2023 y 2024.
Resulta obvio, ante este contexto desalentador, que a menos que haya un fuerte crecimiento de la inversión pública y privada en el último trimestre, lo cual resulta muy improbable, el PIB estará alrededor del 2% como mucho.
Esto se puede afirmar porque las exportaciones, aunque también sea el deseo, no crecen para aportar en la medida que realmente se necesita. Tampoco puede incluirse el turismo, que ha dado mucho, pues no sucede de la noche a la mañana.
Otra variable a descartar para que aporte al dinamismo es el consumo interno, tomando en cuenta que la inflación de alimentos y los sueldos reales están en negativo en el 70% de los asalariados.
Está bien que el Banco Central sea optimista al presentar los resultados de la economía, pues una de las principales herramientas que tiene la institución es comunicar positivamente, ya que eso es lo que reciben los que tienen el capital y el poder de decisión.
En todo caso, si el PIB crece 2.0% está bien, pues el final es crecimiento.