La política monetaria implementada en República Dominicana, primero con un enfoque laxo para evitar que el choque de la pandemia sea peor sobre la economía y, más luego, restrictiva, para frenar la inflación como consecuencia de esas medidas y otras variables del contexto, ha sido exitosa.
No hay dudas de que las autoridades monetarias han sido, contrario a otras, más proactivas, anticipándose a las realidades que imponía el contexto global. No ha sido fácil, pero se ha logrado la meta.
En este proceso de control de la inflación, en que República Dominicana ha vuelto a ser ejemplo para bien en la región, hay que destacar el apoyo que ha significado el aporte de una política fiscal dirigida a evitar que esos choques externos, principalmente por los precios de los combustibles, castiguen a quienes menos pueden.
Y es harto conocido que los subsidios destinados a evitar que suban los precios de los combustibles y la energía benefician por igual los del quinto quintil, pero habría que ver qué hubiera sucedido si las autoridades no deciden absorber parte de los incrementos del petróleo.
Ahora bien, hay que afirmarlo categóricamente: si una política monetaria tomada eficiente y oportunamente, nada hubiera sido suficiente para lograr ajustar la inflación a la meta de 4.0+/- 1% establecida en el programa monetario.
Y también hay que decirlo: algo sucedió en el camino que quizá sorprendió a las autoridades en el entendido de que posiblemente esperaban que el mecanismo de transmisión de política monetaria fuera más expedido. Los resultados indican que no fue posible. Las razones son diversas. La incertidumbre en un entorno global de alta volatilidad está entre las justificaciones.
Lo resaltable, en todo caso, es que ya se puede pregonar como un éxito haber alcanzado la meta de inflación primero que otros países de la región. Esto, por supuesto, es una variable que da certidumbre a los inversionistas.
A la política monetaria, por demás, habrá de reconocerle haber sido clave en alcanzar un crecimiento de al menos un 2.5% en 2023, luego de superar al 1.7% a septiembre. No será el crecimiento potencial, el cual se retomará en 2024, pero es un resultado que, indudablemente, habla muy bien de la capacidad de respuesta de la economía dominicana ante los choques externos.
En fin, la política fiscal, apoyando a la monetaria, es excelente para alcanzar algunas de las metas más importantes.