El mercado de seguros está estructurado para que todos los posibles riesgos que afecten con frecuencia las propiedades, bienes, servicios y beneficios esperados puedan ser cubiertos por los mercados.
Por lo tanto, cuando es probable que ocurra un evento y no se cuentan con los recursos para cubrir las pérdidas, lo más recomendable es contratar los servicios de una aseguradora para que asuman la responsabilidad de indemnizar dichas pérdidas. De esta manera, una comunidad de consumidores puede seguir contando con soluciones disponibles.
El mundo se ha convertido en una aldea, donde cualquier problema importante, como el derrumbe del puente de Baltimore, afecta a tantas personas de lugares distantes, como los consumidores de productos, los fabricantes de dichos productos y servicios, los empresarios afines, los gobiernos, etc. Esto sin mencionar a aquellos que perdieron la vida.
Las coberturas por parte de las aseguradoras agilizan la restitución de los bienes y servicios, permitiendo que los consumidores tengan acceso a los productos y servicios lo más pronto posible. Esto no sería posible si los propietarios de los bienes no cuentan con los recursos para reponer maquinarias o inventarios, ni tienen la posibilidad de financiar nuevamente los bienes perdidos.
A simple vista, solo vemos el puente derrumbado perdiendo su utilidad, pero este daño directo tiene muchas más implicaciones complejas que afectan a muchos consumidores y empresas. Estos pueden acceder a los contratos de las aseguradoras para cubrir todas las pérdidas asociadas a esta catástrofe.
Veamos. Las pólizas de daños directos (incendio, terremoto, ciclones, etc.) tanto del barco, la mercancía como del propio puente, además de las pérdidas humanas. Estos daños directos también producen otras consecuencias. Por ejemplo, algunos no podrán operar y no obtendrán los beneficios esperados, por lo que hicieron las inversiones. Aquí es donde entra la cobertura de pérdida de beneficios o lucro cesante, tanto del barco como del puente y de aquellos que no puedan operar debido al derrumbe.
Luego, entra en juego la cobertura de responsabilidad civil, ya que alguien es responsable de lo sucedido y debe pagar las pérdidas de terceros. Esta cobertura es sumamente importante debido al crecimiento de las riquezas y la población, así como la alta interconexión de nuestro mundo globalizado. Las acciones que llevamos a cabo, tanto individual como colectivamente, cada vez conllevan más riesgos inherentes.
Con más personas y objetos, interactuamos en diversos espacios. Cuando construimos, tenemos otras propiedades en el entorno. Al conducir un auto en carreteras, compartimos el entorno con más personas, propiedades y vehículos. Los errores humanos, los defectos de las máquinas y las acciones de la naturaleza pueden ocasionar pérdidas que podrían ser nuestra responsabilidad.