La pregunta es muy válida: Si es el mismo sol, ¿por qué las distribuidoras de electricidad deben pagar un 130% más cara la energía solar producida bajo el esquema de la medición neta que la generada por el sistema convencional y de grandes proyectos de energía? A esto hay que buscarle una solución ¡urgente!
Los números son los números. Los proyectos fotovoltaicos a gran escala venden a 9.79 centavos de dólar el kilovatio hora, mientras que los de medición neta les cuestan 22.47 centavos de dólar a las distribuidoras. Esto quiere decir que, en términos absolutos, pagan 12.68 centavos más.
Las distribuidoras, según cálculos conservadores, pierden alrededor de US$100 millones todos los años, es decir, un monto que pasa a engrosar su ya pesado déficit. En 2023, por ejemplo, fue necesario destinar poco más de US$1,530 millones para el subsidio al sector eléctrico.
Este es el contexto que obliga a repensar el esquema bajo el cual se incentivan las energías renovables, especialmente la solar, sin obviar que su uso masivo debe seguir siendo una política de Estado. Lo cierto es que una parte del problema está en la forma en que los autogeneradores se relacionan con las distribuidoras.
Según las leyes de Relación de las Personas con la Administración Pública 107-13 y la de Electricidad 125-01, cualquier propuesta de reglamento implica un proceso de socialización, consenso y participación de las partes interesadas.
Este proceso es supervisado por la Superintendencia de Electricidad, que garantiza transparencia y la igualdad de condiciones.
La institución, de una manera oportuna, se encuentra en fase de revisión de las observaciones y comentarios recibidos de las partes interesadas a la propuesta para el Reglamento de Interconexión y Operación de Instalaciones de Generación Distribuida de Energía.
Sin duda, este es un proceso crucial en respuesta a los avances tecnológicos y el crecimiento sostenido de las energías renovables en el país.
Estamos convencidos de que la propuesta de reglamento en discusión busca regular la instalación de paneles solares en residencias y negocios particulares, protegiendo a su vez la red nacional de distribución de energía, asegurando la estabilidad del sistema eléctrico nacional.
Apostar por un esqueja equitativo es lo que debería llevarse la mesa de decisiones.