[dropcap]“[/dropcap]No me imagino estudiando otra carrera. Sé que quiero hacer cine porque, cuando pienso en el futuro, no me imagino siendo feliz de cualquier otra forma. Supongo que me atrae la idea de poder conmover a alguien con una creación mía; elaborar una historia y contarla de forma tal que impresione, que cuestione, que invite a reflexionar…”.
Anabelle Taveras Mieses, una joven de 22 años que estudia en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), quizá estuviese rodando una utopía con su vida de no ser porque desde hace una década República Dominicana construye su propia industria cinematográfica.
Desde que en noviembre de 2006 el entonces presidente Leonel Fernández vendió el sueño de convertir a República Dominicana en un “Dollywood en América Latina”, las películas de factura criolla se multiplican en forma sostenida, con cintas taquilleras (Sanky Panky, Lotomán) e incluso con títulos aceptados por la crítica especializada (Dólares de Arena, La Gunguna o La familia Reyna).
Sin embargo, la filmografía local mantiene el reto de elevar su calidad artística, una misión que en gran parte depende del trabajo de las escuelas que forman a los nuevos cineastas.
“Es una industria compleja que avanza muy rápido. Las escuelas deben concentrarse en sentar las bases y para eso creo que están preparadas. Cuando entra la tecnología en juego, es otra cosa…”, reflexiona el director y productor Enrique (Pinky) Pintor, con siete películas, así como con dos filmes y dos documentales en la fase de producción y preproducción.
Para Pintor el cine local requiere desarrollar la elaboración del guion. “Es algo que no se arregla solo con talleres, aunque son de mucha ayuda. Escribir y enseñar a escribir creativamente es algo que va de generación en generación, que se aprende del que enseña. Estamos recién empezando, hace falta tiempo, solo hemos dado los primeros pasos”, dice.

Por lo pronto la matrícula estudiantil del área aumenta en forma significativa. Al analizar las tendencias de reorientación de las carreras, el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT) plantea que “Fotografía y Medios Audiovisuales” pasó de 58 estudiantes en 2008 a 357 en 2013, un incremento de 515%.
En 2013 egresaron 20 profesionales del área y en 2014 seis, según el MESCyT, que para 2014 registraba 205 hombres y 135 mujeres estudiando Cinematografía y Audiovisuales en la UASD, así como 47 hombres y 42 mujeres en la del Instituto Técnico Superior Comunitario (ITSC).
A octubre de este 2016, sólo la UASD contaba con 320 inscritos en Licenciatura en Cinematografía y Audiovisuales Mención Cine, dentro de los 3,910 matriculados en su Facultad de Artes, según la División de Estadísticas y Estudios Aplicados de la Dirección General de Planificación y Desarrollo Institucional (Digeplandi).
Los 320 aumentarán pronto a más de 700, con la suma de 423 estudiantes que, conforme al director de la Escuela de Cine, Televisión y Fotografía de la UASD, Julio (July) Melo Mercado, se inscribieron en el Colegio Universitario para ingresar a Cinematografía.
“Tenemos deficiencia de espacio físico. En esta facultad apenas tenemos 28 o 30 aulas. Para Cine antes eran aulas con capacidad para cinco estudiantes, pero ahora tenemos sesiones con 60 o 70”, dice, confiado en que el gobierno de Danilo Medina entienda la necesidad de invertir en un nuevo edificio sólo para Cinematografía.
Universidades privadas
El auge del cine llevó a que el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) abriera este año la carrera de Licenciatura en Cine y Comunicación Audiovisual (LCC). El centro inició en julio con 38 estudiantes a los que este noviembre se sumaron 13, para un total de 51.
Mientras, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) tiene en su Departamento de Comunicación Social 400 estudiantes, de los que 193 cursan la Licenciatura en Comunicación Social mención Producción Audiovisual y 50 la Licenciatura en Comunicación Audiovisual y Artes Cinematográficas.
“Quizá con una película pueda afectar de manera positiva las vidas de las personas… aunque sea una sola y aunque sea de forma pasajera”, reflexiona la joven Taveras Mieses.
Además de los que como Anabelle buscan dejar sus huellas en cine global, la UASD forma a otros profesionales relacionados con el artes: 40 cursan la Licenciatura Mención Televisión y 34 Fotografía y Medios Audiovisuales.
La escuela de Publicidad cuenta con 2,628 alumnos, según datos de la Digeplandi. Le siguen Diseño Industrial y Modas (463), Publicidad (2,618), Música (311), Artes Plásticas (58), Teatro (50) y la de Crítica e Historia del Arte (16). Todos sus egresados pueden tener espacio en una industria del cine.
“Comenzamos en 1974 dando opciones con una cátedra de cine y una de teatro en la Facultad de Humanidades. El antiguo Departamento de Artes empezó con con 20 y pico de estudiantes y nunca pasó de 50 o 60”, apunta Melo Mercado.
Recuerda que República Dominicana tiene una larga relación con el celuloide, ya que el primer cinematógrafo llegó por Puerto Plata apenas cinco años después de que los hermanos Lumière lo inventaran en Francia, en 1985.
Desde entonces, algunos entusiastas se inclinaron por el cine. “Teníamos muy claro, desde hace 40 años, que algún día en toda parte del mundo la industria del cine tendría que ser poderosa y un nicho de desarrollo”, dice.
A partir de 1982 la UASD empieza a ofertar la posibilidad de que los estudiantes cursen la licenciatura y el nivel técnico en las áreas de cine, fotografía y televisión. “El Claustro Universitario del 2000 funda la Facultad de Artes con siete escuelas: cine, televisión y fotografía, teatro, música, diseño industrial y moda, crítica, artes plásticas y publicidad”, resalta Melo Mercado.
La profesora Elvira Lora, directora del Departamento de Comunicación Social de la PUCMM, asegura que desde que creó esa dependencia en 2003, la universidad “asumió la formación en comunicación audiovisual”. “El programa -añade- integró asignaturas con una mirada audiovisual diferenciadora, en especial, la producción radiofónica, televisiva y el cine”.
“El pensum de la Licenciatura en Comunicación Audiovisual y Artes Cinematográficas está enfocado en el modelo por competencias. Ofrece un 48% de especialización en el área puramente audiovisual (89 asignaturas). Este plan de estudio se fundamenta las 11 competencias fundamentales que definen el perfil de egresado”, dice.
La PUCMM exhibe entre sus logros La Semana Más Corta, un festival que se inició hace nueve años y que en su última edición, celebrada en junio pasado, proyectó 41 producciones realizadas por estudiantes.
Dinero público
El año pasado 21 proyectos cinematográficos aplicaron para recibir los incentivos que establece Ley 108-10, del 29 de julio 2010, sobre el Fomento a la Actividad Cinematográfica, según informaciones oficiales.
El Proyecto de Presupuesto 2017 sometido al Congreso por la gestión de Medina establece que el sector cinematográfico recibirá beneficios por RD$1,401.7 millones (el mismo documento habla de RD$1,237.1 millones), en exenciones fiscales sustentadas en la ley y sus modificaciones. Este monto incluye RD$51.9 millones en ITBIS y RD$1,401.7 en impuestos sobre la renta (ISR). Programa además RD$125.0 millones para la Dirección General de Cine (DGCINE).
Los incentivos atraen a grandes empresas. La Cervecería Nacional Dominicana anunció que destinará RD$300 millones al cine en 2017, aprovechando la ley de fomento a esa actividad. Resalta que desde 2013 apoyó nueve producciones con un monto de RD$220 millones.
Algunos productores cosechan éxitos, como Pinky Pintor, quien asegura que invierte entre RD$40 y RD$50 millones en cada cinta.
“Afortunadamente, desde el primer proyecto hemos logrado la recuperación de la inversión, teniendo en cuenta además que cuatro de las películas fueron hechas antes de tener la Ley de Cine”, dice.
Más de 50 productoras en la escena económica
Julio (July) Melo Mercado reconoce la visión que tuvo el expresidente Leonel Fernández al impulsar una Ley de Cine que “que hizo que mucha gente viera el cine como inversión”. “Ahora en el país hay más de 50 productoras con una actividad económica que se ha dinamizado”, dice.

Entre las inversiones destaca Lantica Media, enfocada a la industria global de entretenimiento. Albert Martínez, uno de sus ejecutivos, resalta que la compañía “proporciona desarrollo, producción y servicios de financiación de contenido cinematográfico y televisivo”. Cuenta con un complejo de producción cinematográfica y TV establecido en 17 hectáreas (Pinewood Dominican Republic Studio), el cual incluye las instalaciones más nuevas del mundo para filmación acuática.
“Desde el inicio, hace aproximadamente 18 meses, hemos recibido 16 producciones de Estados Unidos, Europa y de Latinoamérica”, resalta Martínez. Explica que en 2011 estableció Entrenamientos Cinematográficos del Caribe (ECC), una asociación sin fines de lucro orientada a elevar nivel de los profesionales dominicanos a los estándares internacionales de la industria cinematográfica.
La ECC ha invertido US$850,000 y ha capacitado a 239 profesionales activos en la industria cinematográfica del país, de los que “un 90% ha recibido certificación internacional de las instituciones académicas responsables de los entrenamientos”.
Impulso de la Funglode
La Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), que encabeza el expresidente Leonel Fernández, impulsa el cine dominicano, para lo cual creó el Instituto Global de Multimedia (IGM) y el Festival de Cine Global Dominicano (FCGD), además de la Muestra de Cine Medioambiental Dominicana.
“La Funglode mantiene acuerdos de cooperación con entidades de prestigio en todo el Caribe, América del Sur, África, Estados Unidos y Europa, lo que implica un tráfico constante de conocimientos suministrados por especialistas de cuatro continentes. Los resultados llegan a los beneficiarios en forma de programas de becas, capacitación y prácticas”, resalta Omar de la Cruz, director del FCGD.
Explica que a las salas de cines y a los eventos educativos del FCGD asistieron 82,395 personas. Hasta la fecha, el evento proyectó 646 películas, realizó 192 paneles y recibió 1,302 invitados. Mientras, el IGM ha recibido a 9,024 interesados en 203 talleres, cursos seminarios, conferencias y coloquios.