Una gran parte de los dominicanos no se preocupa por leer las etiquetas de los productos alimenticios que consume a diario, obviando, de este modo, lo útil que puede ser la información contenida en ellos.
En estos detalles podría estar la diferencia de adquirir un producto que no sólo es de mala calidad, sino que resulte más costoso para la salud.
A la actitud de los consumidores se suma otra variable igual o más preocupante. Muchas de las etiquetas están en un idioma diferente al español, lo que dificultad su entendimiento. Esta situación se produce a pesar de que la Ley de Protección de los Derechos del Consumidor 358-05 establece que deben estar en el idioma local.
Ahora bien, la ley establece que si no está en español, de modo que pueda ser entendida por todos, debería tener un aviso que explique sobre sus características e ingredientes. Los supermercados propiedad de chinos, que generalmente importan productos asiáticos, son los que más violentan esta disposición sin que las autoridades implementan políticas de seguimiento para evitarlo.

Esta ley también contempla que el proveedor está obligado a consignar en forma veraz, suficiente, apropiada, muy fácilmente accesible al consumidor o usuario, la información sobre los productos y servicios ofertados de conformidad con el sistema legal de unidades de medida.
Esta obligación se extiende a informar sobre la variabilidad de sus ingredientes y componentes en orden de mayor contenido, origen, naturaleza, si ha sido añadido al producto o se encuentra naturalmente presente en él.
La directora del Instituto Nacional de los Derechos del Consumidor (ProConsumidor), Altagracia Paulino, explica que el derecho a la información es propio del consumidor, que es fundamental y lo consagra la Constitución. Afirma que la alimentación es fundamental para el ser humano, quien debe saber qué come, cómo se produce y cómo llega a la mesa un producto de consumo.
“En este país se le niega ese derecho a los ciudadanos a pesar de que hay tres leyes y una resolución que establecen que el etiquetado debe ser en el idioma español, en letras legibles, que la gente pueda interpretar lo que lee”, dijo Paulino.
La funcionaria indica que los consumidores tienen derechos, además, a saber cuáles componentes tiene el producto, sus propiedades nutricionales, las vitaminas y minerales, y también si tiene algún componente que produzca alergia.
A su entender, por estas razones es relevante que la etiqueta del producto tenga la mayor cantidad de información posible. “Las leyes de Salud Pública, Medio Ambiente y del Consumidor obligan a un etiquetado transparente. Pero además existe el reglamento Técnico 53 sobre el Etiquetado General de los Alimentos Previamente Envasados que se aprobó en 2009”, sostiene Paulino.
PREOCUPACIÓN
La directora de la Fundación por los Derechos del Consumidor (Fundecon), Alfonsina Cuesta, coincide con Paulino en que el cumplimiento del Reglamento Técnico 53 es obligatorio, y explica que la entidad que dirige siempre insiste en el tema del etiquetado. “Es importante que los consumidores se tomen el tiempecito de leer las etiquetas”, dijo Cuesta.