El actual Sistema Dominicano para la Calidad (Sidocal) fue concebido para ayudar a las organizaciones a ser más competitivas. Como se ha señalado en otras entregas, este sistema incluye la metrología, la normalización y la evaluación de la conformidad, que implica por necesidad la acreditación.
La primera función, la metrológica, incluye tres ámbitos de actuación, a saber: la metrología legal o reglamentaria que es la que se encarga de que los requisitos técnicos obligatorios se cumplan para garantizar a la ciudadanía, al sector productivo y Estado mediciones correctas o de alta confiabilidad. En nuestro país resta mucho por hacer en materia de metrología reglamentaria.
Por su parte, la metrología industrial se enfoca en las medidas relacionadas con la producción y el control de la calidad. Entre sus competencias destacan los procedimientos de calibración, el control de procesos de medición y gestión de equipos de medida. Su misión es mejorar estándares y patrones en la producción, lo cual se traduce al final de cuentas en menores costos y mayores utilidades.
Por último, la metrología científica, de cuyos umbrales el país parece estar muy distante, analiza los aspectos teóricos y prácticos relacionados con las unidades de medida (estructura del sistema de medición y conversión de unidades) y errores en la medición, entre otros.
Los beneficios de la normalización en la mejora de la eficiencia económica, así como en el mismo acceso a los mercados mundiales, no pueden lograrse sin la capacidad de realizar mediciones trazables. Son ellas las que permiten demostrar que los productos se ajustan a los requisitos especificados en las normas correspondientes.
La normalización, por su parte, es la proveedora de las normas, que son resúmenes sistemáticos, “para un uso común y repetido, de reglas, directrices o características para los productos o los procesos y métodos de producción conexos, y cuya observancia no es obligatoria”. Las normas pueden incluir “prescripciones en materia de terminología, símbolos, embalaje, marcado o etiquetado aplicables a un producto, proceso o método de producción, o tratar exclusivamente de ellas” (Acuerdo OTC, OMC).
Las normas son la materia prima fundamental de una infraestructura de la calidad. Gracias a ellas podemos asegurar que los productos sean más seguros, operativamente compatibles, intercambiables y más eficientes, entre otras ventajas.
Cuenta también la evaluación de la conformidad (EC) como otro componente esencial y determinante en última instancia del sistema. Es el proceso mediante el cual se demuestra fehacientemente que los productos, procesos, sistemas, tecnologías (aprovechamiento práctico del conocimiento) e instalaciones de todo tipo cumplen con los requisitos especificados en normas, reglamentos y otros documentos. Incluye ensayos, servicios de calibración, inspecciones y certificaciones. De acuerdo con ISO/CASCO “…la evaluación de la conformidad ayuda a garantizar que los productos y servicios cumplan sus promesas”.
Por último, la acreditación, el otro componente institucional y técnico del sistema, tiene la especial misión de que los outputs resultantes de los procesos de la EC sean confiables y aceptados por cualquier interlocutor comercial, no importa su ubicación geográfica. La acreditación es la confianza de una infraestructura de la calidad moderna.
En realidad, tal y como lo exponemos en nuestro libro inédito Sistema Nacional para la Calidad: Breve historia y conceptos clave. Una experiencia en el gobierno dominicano, el Sidocal se compone de varios subsistemas, a saber:
El rector, vinculante y coordinador, sin relación jerárquica con los demás subsistemas, compuesto por el Consejo Directivo, la Comisión Técnica de Expertos y la Secretaría General.
El técnico, que incluye las tres mencionadas funciones técnicas clave: metrología, normalización, certificación y formación.
El acreditable, compuesto por las funciones de ensayos, calibraciones, inspecciones y certificaciones (= EC).
Por último, el subsistema regulador, integrado por los organismos llamados a garantizar el cumplimiento de los reglamentos técnicos y de otras especificaciones de cumplimiento obligatorio.